Confinamiento – Día 19
Hola a todos. Espero que estén todos bien. En estas circunstancias espero que lo estés tomando con calma. Un día a la vez, es todo lo que puedes hacer. Un paso a la vez, un día a la vez, un momento a la vez. Es un ritmo tan apropiado para la vida el tomar las cosas paso a paso. Tenemos la capacidad de hacer planes para el día de mañana. La capacidad de recordar el día de ayer. Pero también tenemos la capacidad de entender de qué se trata el día de hoy. La capacidad fantástica de comprender de qué se trata el momento. Si no ponemos eso en juego, esa capacidad que tenemos de comprender de qué se trata este momento, de qué se trata el día de hoy, no va a tener sentido hacer planes para el mañana.
Y el día de ayer habrá pasado. Desaparecido. Pero hoy, este momento, lleva un mensaje para ti. Y ese mensaje es muy profundo, muy sencillo y muy claro. El mensaje es: “Sé, existe, disfruta”. Y no el disfrute de este mundo del que habla la gente: “Vamos a la playa, por aquí, por allá.” Sino el disfrute que viene desde adentro de ti. El disfrute que se trata de tu existencia. El disfrute que viene por el hecho de que estás vivo, que viene por el entendimiento de lo que este momento te trae.
Esta vida, esta existencia, ¿es un regalo? Es un regalo solo si te das cuenta de que lo es. Si estás dispuesto a aceptar este regalo. A recibirlo, a abrirlo. Entonces es un regalo. Si no, no significa nada. Tantas personas vinieron antes y tantas vendrán después. Y se irán después de ti. Y ¿cuál habrá sido la diferencia? ¿Una persona más?
Estos días, todas estas estadísticas… Todos los días cuando despierto voy a un sitio web que se llama “Worldometers”. Ahí están todas las cifras, las personas que han nacido, las que han muerto... todo. Y luego está ahí toda la información del coronavirus. Veo estas cifras y pienso: sí, estas cifras representan todas esas vidas humanas; ¿pero representan verdaderamente lo que está sucediendo en realidad? Vidas que están en riesgo. Te dicen: “Sí, murieron tantas personas que eran mayores de cierta edad.”
Eso es muy triste. Porque va a crecer toda una generación sin la sabiduría y el conocimiento que los abuelos les imparten a sus nietos. Eso es tan valioso, tan importante. Que haya una persona ahí que les pueda decir “así son las cosas, está bien, está bien” cuando sucede algo que no tenían planeado, que no era parte de su pequeño plan. Muchas veces los padres no tienen tiempo pero los abuelos sí. Esa sabiduría se transmite de generación en generación. Y este es el valor. No los números, sino el valor de cada persona que está. La vida. Porque una de esas cifras quizá se exprese en miles, pero representa a un ser humano. Te representa a ti. Me representa a mí. Representa, realmente, lo que significa que esta respiración haya entrado en esa persona. Se le dio la oportunidad de existir, de prosperar.
Digo todo esto porque pienso que de vez en cuando tenemos que sacar la cabeza de la arena como los avestruces y mirar a nuestro alrededor. Ver la realidad que existe, la belleza que existe. Porque sí, están sucediendo cosas terribles. Algunos líderes mundiales dejaron pasar el tren. El tren los dejó atrás. Vieron que se aproximaba la tormenta y no hicieron nada hasta que fue demasiado tarde. Y el castigo es terrible, el caos es terrible, el fracaso es terrible. Pero aún en ese fracaso tienes que sacar la cabeza de la arena y ver lo que es real.
¿Qué es real? ¿Qué es hermoso? ¿Qué es bueno? Porque tienes dentro de ti a esos dos lobos: el lobo bueno y el lobo malo. Y pelean. ¿Cuál de ellos va a ganar? Obvio, el que alimentes. Si en esta situación estás alimentando al lobo malo, éste va a ganar. Y créeme, cuando gane el lobo malo te va a destrozar la vida. Eso sería una tragedia encima de otra. Pero si alimentas al lobo bueno... ¿De qué vive el lobo bueno? Vive de bondad, de claridad, de alegría, de plenitud. Estas son las cosas que se dan de comer a este lobo. Y se va a fortalecer. Entonces no será una tragedia encima de otra. Será algo bueno. Se habrá aprendido, se habrá comprendido algo.
Hay un dicho: “Cuando te caigas, recoge algo; ya que estás ahí cerca, recoge algo”. Y estoy de acuerdo. Si te caíste, recoge algo. Comprende. Siempre se ha tratado de que cuando vengan los malos momentos estés preparado, que te hayas preparado para ellos cuando los momentos eran buenos. Tienes que haberte preparado para los malos momentos cuando estaba todo bien. La pregunta es: ¿lo hiciste? ¿Te preparaste cuando estaba todo bien? O andabas por ahí: “Sí ¡Qué maravilla todo! ¡Nunca va a suceder nada malo!”
Es lo que sucede tantas veces en las civilizaciones. No sería esta la primera vez que, en la cúspide de la civilización, en el punto culminante, la gente se perdió: “¡Oh, somos tan poderosos! Somos así. Somos aquello. No puede suceder nada malo.” Realidad virtual. Bueno, intenta ahora la realidad virtual. Ojalá pudieras, porque esta realidad no anda muy bien. Quizá sería bueno algo de realidad virtual. Pero ¿y eso cómo va a ayudar a la condición humana?
Por eso cuando me dicen “¿qué pasa con esto y aquello?” les digo: “Un momento, un momento. Eres un ser humano y relativamente hablando, nosotros (el hombre moderno) no lleva tanto tiempo aquí. Todavía ni siquiera hemos puesto las cosas en orden. Estamos todavía viviendo en un mundo muy antiguo.”
Posiblemente pensemos que estamos viviendo en lo moderno, en el 2020, la tecnología. Pero la realidad es que las mujeres en nuestra sociedad todavía no tienen igualdad de condiciones. Eso es inimaginable. Hace poco, hace pocos años... y sé que hay países como la India, en donde seguramente está sucediendo esto ahora: no quieren matrimonios interraciales o mixtos. Nada que ver con el amor. Pero su planteamiento es: “No, no y no. Esa persona no se puede casar...”
Aunque la sociedad ha cambiado muchísimo, todavía falta tanto por cambiar. Y las personas de la comunidad LGTB están teniendo que protegerse contra tanto odio. No los estamos aceptando por lo que son, seres humanos. Y la sociedad sigue estando dramáticamente dividida. Sé que hay programas de televisión donde muestran a personas que acaparan cosas de forma compulsiva. Tienen tantas cosas que ni siquiera se puede entrar a la sala de su casa. Acumulan y acumulan. Y estas compañías, las corporaciones, ¿qué hacen? Lo que acaparan es dinero. Y reciben palmaditas en la espalda: ¡qué bien! Pero lo único que están haciendo es acumular dinero: “¡Ay! Mira esa persona ¡Cuanto éxito ha tenido!” Y quizá esa persona, lo que tiene se lo quitó a alguien. Cuando hay corrupción eso es lo que sucede. Se lo quitan al pobre, le sacan la comida de la boca.
Producimos muchísimo y desperdiciamos aún más. Esta es la sociedad que hemos creado para nosotros mismos. Es momento de reflexionar realmente sobre esto. Entender. ¿Qué queremos? ¿Queremos estar divididos o queremos estar unidos como seres humanos sobre la faz de esta Tierra? ¿Queremos un mundo donde nos sintamos cada vez más seguros o queremos un mundo donde sintamos cada vez más peligro?
La respuesta a estas preguntas, amigo mío, yace en tu corazón y en los corazones de todos los seres humanos. Estas no son ideas excepcionales del 2020. Son ideas que han existido desde hace muchísimo tiempo. De hecho, desde que han existido las sociedades en el mundo. El deseo de ser libre, de seguir hacia adelante, el deseo de progresar y el deseo de estar unidos y trabajando para la mejora de toda la humanidad.
El mundo que creamos hoy es el mundo que se verá reflejado mañana, pasado mañana, al día siguiente y todos los días posteriores. Te guste o no, todos somos los arquitectos del mañana. Pero, créeme, jamás podrás comprender lo que es el mañana si no tienes idea de lo que es el día de hoy. No podrás comprender el valor del ayer si no comprendes el valor de hoy. Mañana seguirá siendo un misterio si el día de hoy es un misterio para ti.
Así que este es el momento de dar un paso, de mirar hacia adentro. No ponderar la incertidumbre, sino la certeza que podemos aportar. Es el momento de unirnos como no nos hemos unido nunca antes. Y, más importante que el resto del mundo, necesitamos estar unidos con nosotros mismos. No podemos ser dos, tres o cuatro. Necesitamos ser uno dentro de nosotros también. Necesitamos saber quiénes somos. Necesitamos comprender quiénes somos para poder seguir adelante y hacer de este mundo un lugar mejor para todos. De que comprendamos el significado de MANKIND (humanidad); MAN-KIND (hombre-bondad): bondad para todos los seres humanos en el mundo entero.
Así que muchas gracias. Hablaremos después. Espero que reflexiones sobre esto y, lo más importante de todo: mantente seguro, mantente bien, y sé.
Confinamiento - Día 18
Hola a todos. Espero que estén bien y seguros. Hoy quisiera hablar un poco acerca de esta oportunidad. Una oportunidad de ser feliz. La oportunidad de disfrutar, de ser simple, de comprender que tu relación entre los dos muros es contigo. Se trata de ti, de tu existencia, de que tú estás aquí. No se trata del coronavirus. No se trata de este mundo, de la economía mundial ni de nada de esto. La razón por la que lo digo es porque todas esas cosas que nos preocupan siempre están hechas por el ser humano. La economía y todas esas cosas no son más que un juego de los humanos. A alguien se le ocurrieron estas ideas: “deberías hacer esto, deberíamos hacer aquello”, “hay políticas”, “ocurre esto y aquello”. Está tal banco que controla aquello, y este grupo de personas que controla esto.
Y tú no te sientes como un títere en todo ello. No quieres ser un títere pero es exactamente lo que eres, te guste o no. Y por lo tanto tienes un deseo de ser libre. Cuando se menciona la palabra libertad surge un sentimiento fuerte de: “sí, sí, quiero ser libre”. Pero ¿alguna vez te has preguntado qué es lo que te esclaviza? ¿Por qué quieres sentirte libre? ¿Por qué no te sientes libre ya? Y la razón por la que no te sientes libre es porque todo lo de afuera está impidiendo que seas quien realmente eres. Tienes esta vida. Tienes esta existencia. En general sabemos muy poco de ella. No la hemos explorado con profundidad. ¿Qué significa? ¿Qué significa estar vivo? ¿Qué significa existir? ¿Qué significa ser? ¿Qué significa tener esto? ¿Es esta una oportunidad o estamos pagando por lo que hicimos en vidas anteriores?
No escasea la gente que quiere complicar las cosas. Ni te imaginas. No te imaginas hasta qué punto las personas de este mundo han complicado la existencia: “Ah, solo estás aquí porque hiciste algo en tu vida anterior. Hiciste esto. Hiciste aquello.” Y así va. Aquellos que te dicen todas estas cosas… ni ellos tienen ni idea de lo que esto significa. ¿Por qué? Porque todo ha salido de un libro, no de ellos. Todo tiene que ver con creer, creer y creer. Y todos estamos muy contentos con creer. Pensamos que podemos resolver nuestros problemas con nuestras creencias. Que con nuestras creencias podemos resolver todo lo complicado. Creemos que con el pensamiento podemos llegar a saber quién es el Creador, que vamos a descubrir cómo llegamos aquí, que todo se puede resolver creyendo.
Yo desafío a las personas a que sepan. ¿Qué puedes saber? Saber. Entender. Ser consciente de uno mismo. De eso trata todo. De realmente sentir lo que significa estar vivo en este tiempo.
Entonces ¿qué pasó? ¿Escuchaste las noticias? Cerca de diciembre de 2019: “Ah, hay personas que se enfermaron en China. ¡Caramba! Bueno, espero que se mejoren pronto.” Puede que se mejoren pronto o no. Pero todos empezaron a irse. La gente se dio cuenta de que habían saltado. Y sí, cuando digo que todo esto es obra de las personas, lo es. Nosotros, los seres humanos, hacemos estas cosas. De pronto tenemos aerolíneas que felizmente están dispuestas a transportar a las personas a donde quieran ir. Y, sin que la mayoría de la gente lo sepa, están transportando este virus. Y cuando te das cuenta está por todo el mundo. Ahora, a quien se le haya ocurrido la idea de viajar sin restricciones lo hizo con buena intención. Que las personas puedan ir donde quieran ir.
Hubo una época en que esto no era así. Cuando yo viajaba muchísimo, a principios de los años 70, 71, no era así. No era como la gente viaja ahora. Las personas, de hecho, se vestían elegantemente. Era todo un acontecimiento. Tenías que tener mucho dinero para poder subirte a un avión. Luego, cerca de la administración del presidente Carter se abrió el juego y cambiaron las reglas. Antes de eso, las aerolíneas principales eran las únicas autorizadas a volar. Pero luego se quitaron estas restricciones y se permitió que operen todas las aerolíneas competitivas.
De modo que todas las aerolíneas podían volar comercialmente y empezaron a transportar gente de un lado a otro. Claro que la calidad desapareció. Pero las personas volaban para todas partes. Y cuando te das cuenta, algo así como el coronavirus viajó, viajó y viajó. Y se puede establecer un paralelismo con la gripe española. Eso también tuvo que ver con los viajes. Y esos viajes hicieron posible que se esparciera el problema.
Aparte de lo que esté sucediendo, los seres humanos han creado para sí mismos este problema. Y son los seres humanos los que tienen que tratar de averiguar cómo salirse de él. Hay personas que seguro dirán: “Esto es complicado y aquello es complicado. Esto sucedió de esta manera y aquello sucedió de esa otra.” No tiene nada que ver con eso. No te olvides lo que viniste a hacer entre los dos muros. Por favor no te distraigas con estas cosas. Todo va a pasar. Lo único que tienes que hacer es seguir una fórmula muy simple: aíslate, no contagies a nadie y no te contagies de nadie, lávate las manos, mantén la distancia. Sencillo. Están tratando de descubrir la vacuna. Van a tener vacunas, medicamentos, lo que sea.
Y luego podrás continuar con lo que estabas haciendo y que no ves la hora de seguir haciendo, que no me imagino qué pueda ser. ¿Pelear unos con otros? Todo tipo de cosas extrañas era lo que hacíamos. Disculpa, ¿era lo que hacíamos antes? Habrás tomado el periódico y visto todo lo que está sucediendo. Y ahora tenemos el coronavirus. Eso está captando toda nuestra atención. Y cuando se termine seguro que volveremos a la misma locura de siempre.
Pero esta no es la razón por la que estás aquí. No estás aquí para el coronavirus ni tampoco para la locura que sucede todos los días. Estás aquí para otra cosa. Estás aquí para sentirte pleno. Como muchas veces, doy este ejemplo: compraste este número en un sorteo y salió. Y era para que pasaras una cierta cantidad de días en un centro de compras increíble, donde hay todo tipo de tiendas; las tiendas más magníficas en ese centro de compras. Y puedes ir a cualquiera de las tiendas y obtener lo que quieras. Pero solo hay una condición. Y la condición es que no te puedes llevar nada contigo de ese centro comercial.
Entonces, ¿cuál va a ser tu estrategia? Yo sé cuál sería la mía: voy a disfrutar de cada minuto en que esté en ese centro comercial. Quizá no pueda llevarme nada conmigo. Pero sé que hay algo que puedo llevarme de allí, y eso es mi disfrute. Así que esa es mi estrategia. Mi estrategia es disfrutar de cada minuto que pueda. Ahora, situaciones suceden. A la gente se le ocurren ideas, situaciones, diferentes cosas como: “No hagas esto, no hagas aquello. No quiero que hagas esto ni quiero que hagas aquello.” Y yo pregunto: ¿por qué?, ¿qué quieres decir? Pero luego entiendes: “Está bien, suéltalo.” Se vuelve muy importante. Yo no puedo controlar las situaciones pero puedo controlar la manera en que reacciono ante ellas. Por mi bien. No por el de esas personas.
En esto consiste en gran parte el entrenamiento que estoy armando. ¿Qué es lo que controlas? No controlas la situación. Obviamente la quieres controlar. Pero no vas a poder controlar la situación todo el tiempo. Pero lo que sí puedes controlar es cómo reaccionas ante la situación. Y si puedes controlar eso… no por el bien de otra gente, no para que te veas bien sino por ti. Lo que hagas tiene que ser para ti primero. Si no puedes ser bondadoso contigo mismo no puedes ser bondadoso con otros. Si no puedes comprenderte a ti mismo no puedes comprender a los demás. Si no puedes sentirte pleno no puedes lograr que otros se sientan plenos. Si no puedes amarte, no puedes amar a otros. Si no estás claro, no puedes transmitir claridad a otras personas. Tiene que empezar contigo. Y si sucede para ti, entonces depende de ti ¿Qué quieres hacer con ello? Depende de ti cómo quieres desarrollarlo. Depende de ti lo que hagas con ello. Porque acabas de despertar y evocar esos hermosos poderes que residen dentro de ti, que están en tu interior.
¿Acaso nunca vamos a sentir tristeza? Claro que sí. Alguien me hizo esa pregunta y he estado pensando en ella. “Tengo a mi abuelo y no puedo ir a despedirme de él, no puedo cuidarlo. ¿Qué hago?” Y cuando leí eso, claro, yo también me sentí triste. No es algo bueno, eso es lo triste ¿Qué va a pasar con este virus? Esto recién acaba de empezar ¿Te puedes imaginar a los pobres? Ellos siempre son los que más lo padecen. Son realmente los más afectados. La mayoría de las personas tiene una casa, un apartamento o un lugar con paredes adecuadas, etc. ¿Te imaginas cuántas personas viven en estas chozas de lata hechas de planchas de aluminio? Y eso es todo lo que tienen. Y está llegando el verano. En California todavía está fresco afuera, no hay problema. Pero en lugares como India o África ya ha llegado el verano en la parte norte. Y Dios mío… ¡cómo se pone! ¿Cómo haces la cuarentena? ¿Dónde la haces?
Así que piénsalo. Todas esas cosas. ¿Qué le dije a esa persona que hablaba de su abuelo? Le dije: “Puedes amarlo, puedes amar a esa persona. El amor es lo único que tienes que no ve paredes, puertas, que no ve tiempo, ni situaciones, ni riquezas ni economía. Que no ve nada. El amor es. Y es una de las cosas más poderosas que tienes.” Tu amor. ¿Tu amor?, ¡ay, Dios mío!, es la cosa más poderosa que tienes. Es más poderoso que darle un puñetazo en la cara a alguien. El amor… el amor es una de esas cosas que cuando toca a una persona nunca lo va a olvidar. Si lastimas a alguien, quizá después de que se sane su herida lo olvide. Pero el amor te toca en un lugar que nunca vas a olvidar.
Eso lo tienes. No sabes cómo usarlo, no sabes cómo evocarlo ¿Por qué? Porque siempre has sido engañado por estas tarjetas postales idílicas que venden las editoriales con imágenes de tu visión del amor. Tu visión de la idea que tienes de la persona perfecta a quien deberías darle ese amor. Esto es lo que ocurre una y otra vez. Estas imágenes, cuanto más pienso en ellas, ¡qué odiosas son! Engañan a la gente una y otra vez e impiden que me dé cuenta de mi potencial, de mi posibilidad, de por qué estoy aquí entre estos dos muros, del tiempo que tengo. Y son engañados por estas editoriales que sacan más y más tarjetas postales. Y miro esas postales y digo: “Sí, sí, sí. Eso es lo que quiero.”
Para mí, este viaje ha sido todo un viaje. Partí de España y el confinamiento todavía no había comenzado. Recién empezaban a hablar del asunto y me fui. Llegué a Brasil. En ese momento estaba bien ir a Sudamérica. Estaba bien ir a Argentina e ir a Montevideo. Iba a estar ahí un par de días, o tres días, creo. Y ahí fue cuando dijeron: “No, nadie puede entrar en Argentina.” Entonces decidí: “Bueno, no deberíamos estar celebrando reuniones con mucha gente reunida en una sala. Eso va a ser muy malo.” Así que dije: “No, no quiero hacer eso.” Entonces, el día después de que me fui Brasil anunciaron que iban a entrar en confinamiento, que iban a parar todo. Y miré a mi alrededor, donde estaba, y ¡la gente era tan pobre! Aislarse no iba a funcionar para ellos. Ellos no sabrían como aislarse. Eso es lo que hace la gente pobre: se congregan, van a un salón de té, a una cafetería, a algún lugar para reunirse en donde interactúan, en donde se enteran de las noticias... Allí es donde todo sucede. Muchos de ellos son trabajadores migrantes que vienen de diferentes aldeas. Sus familias están en las aldeas, ellos vienen a las ciudades para ganar un poco de dinero. Yo pensé: “¡Ay, Dios mío! Los pobres van a ser masacrados por esto.” Y es tan importante que los gobiernos y todos nosotros, como seres humanos, intentemos ayudar lo más posible.
Y tengo buenas noticias con respecto a eso. Les pedí a la TPRF y a RBK (en India) que me mandaran un informe de lo que están haciendo. Quisiera compartirlo con ustedes en algún momento. Es realmente maravilloso ver que cualquier mínimo esfuerzo que hagamos tiene un profundo impacto. Así que no importa lo difícil que sea la situación. Ten compasión y piensa en los demás, porque están en el mismo barco. Estamos todos en el mismo barco. El barco es el mismo. Alguien puede estar por la proa, otro por la popa, otro puede estar a estribor, otro a babor. Pero es el mismo barco. Alguien puede decir: “Bueno, yo voy a estar en la proa, así que voy a llegar antes.” Otro puede decir: “Yo estoy en la popa, voy a llegar más tarde.” Alguien puede decir: “Yo estoy a estribor, así que voy a atracar primero.” Otro puede decir: “Yo voy a babor; voy a atracar...” Lo que sea.
Pero es el mismo barco. Tenemos que darnos cuenta de esto. Y ese sería un punto de inflexión increíble. Si pudiéramos entender lo que significa humanidad en estos tiempos. Lo que significa humanidad. Que no se repita lo que pasó con la gripe española. Y que, en un mundo con toda esta tecnología, con toda la información, se olvide todo eso que pasó.
Así que espero que te mantengas bien. Por favor, mantente seguro. Mantente bien. Y lo más importante: sé. Muchas gracias.
Confinamiento - Día 17
Hola a todos. Espero que estén bien. Hoy quisiera hablar de algo muy sencillo, porque esa palabra “sencillez”… a veces olvidamos qué significa realmente. Ser simple, sencillo. En las circunstancias que ahora estamos, en confinamiento por el coronavirus, esta palabra parece ser muy adecuada.
Porque las personas que entienden de verdad el significado de la palabra “sencillo” pueden ajustarse y adaptarse a esta situación de la mejor manera posible. ¿Qué es simple? Simple es que este aliento entra en ti sin ningún esfuerzo, sin que tengas que pensar, y te trae el regalo de la vida. Simple es que puedes mirar con tus ojos, ver el cielo azul, las nubes, y que puedes estar satisfecho, pleno. Simple es poder ver tu vida y entender que existes y lo profundo que es eso, lo hermoso que es. Eso es algo simple.
Simple es que tienes amor en el corazón y que desde el corazón puedes amar. Que llevas este regalo de amor y estás dispuesto a dárselo a quién sea que pueda despertar ese amor en ti. La existencia es muy simple, la vida es muy simple, estar vivo es muy simple y tener una experiencia profunda, aun en medio de todo esto, es algo realmente simple.
Anoche intentaba dormir y llegó una tormenta. Soplaba el viento, podías escuchas la lluvia... No nos gustan las tormentas porque son una metáfora de lo malo. Pero ¿qué es una tormenta? Sopla el viento... bueno, nos gusta el viento, pero no demasiado. Cuando empieza a despeinarnos, nos empuja, hace que las cosas vuelen y no podemos conducir ni se puede pilotar bien, entonces la cosa se pone fea. Llega la lluvia. No nos gusta la lluvia, no nos gusta mojarnos y ¿por qué no? Porque en el período de evaporación, después de mojarnos, sentimos frío. No nos gusta sentir frío, nuestro margen de temperatura es relativamente muy pequeño. Puede haber viento, puede hacer frío, puede llover, puede nevar, puede estar tormentoso y sin embargo ¿qué puedes hacer cuando llega la tormenta?
Y en esto pensaba yo acostado: ¿qué puedo hacer?, ¿qué puedo hacer?, ¿qué puede hacer uno cuando llega la tormenta? En un sentido no está bajo tu control. No la controlas pero lo que tú haces durante ese tiempo, cómo reaccionas, eso sí que está bajo tu control. Puedes hacer algo al respecto, ese pequeño margen de acción que tienes puede crear algo importante. Quizás suene trivial o insignificante, pero es lo más importante.
No puedo controlar la tormenta, pero ¿cómo puedo…? Yo estaba acostado, muy cómodo, y aunque afuera rugía una tormenta yo estaba cómodo porque estaba allí. De la misma forma, cuando se crea una tormenta en medio de nuestros oídos, encontrar el consuelo que brinda el corazón y estar cómodos, calentitos… de pronto, aunque hay una tormenta has encontrado un lugar que es tan profundo, tan hermoso y se encuentra dentro de ti.
En ese lugar del corazón puedes estar cómodo, puedes disfrutar y puedes oír y ver la tormenta pasar. Y cuando la tormenta pase, el sol volverá a brillar.
Es muy importante entender esta metáfora. Sí, las tormentas vienen en la vida, las situaciones llegan, pero no tenemos que ser víctimas de ellas. Podemos recordar lo importante que es que sepamos, que entendamos lo que brinda una oportunidad. ¿Qué es esta oportunidad? Es decir ¿cuál es la oportunidad? Yo pensaba en si hay algo bueno que extraer. Porque tenía tantos planes, iba a ir a muchos lugares, ver a muchas personas y echo de menos realmente celebrar eventos en los que pueda ver la cara de todos. De verdad, me gusta mirar a las personas a los ojos, estar frente a ellas y hablarles en vivo.
Bueno, esto está bien. Tengo dos objetos negros delante de mí, es lo que estoy mirando. Y no expresan ninguna emoción en absoluto, no están de acuerdo con nada de lo que digo y tampoco rechazan nada, simplemente están ahí, dos agujeros oscuros que son las lentes de la cámara. Y sí, puedo imaginarme a las personas viéndome desde su sala o desde allí o allá, pero ¿cuál es la oportunidad? Porque esta situación es horrible, los líderes mundiales nos mienten y ahora, de pronto, tratan de proteger su posición. Y sí, esto es una situación desastrosa que se veía venir desde hace mucho tiempo.
Quiero decir que en el mundo entero se podría haber hecho mucho, mucho más para prepararse. Han cometido errores impresionantes. En estos momentos estamos en medio de todo esto. Más adelante espero que haya algunos que traten de aprender de lo que ha ocurrido. Estaba viendo un documental el otro día acerca de la epidemia de gripe española que ocurrió hace mucho tiempo. Hubo tantas similitudes entre esa epidemia y lo que está pasando ahora. Las personas no le daban importancia, los líderes mundiales simplemente hacían caso omiso a todo lo que se estaba diciendo. No se aprendió nada.
Cuando te fijas en lo que está pasando ahora en comparación con la gripe española es como si no hubiéramos aprendido absolutamente nada, ni un ápice. Con toda la tecnología de la información y todo lo que hay disponible se ha creado esta horrible situación. Porque, para mí una muerte, una sola que se podría haber evitado, ya es demasiado. Es demasiado.
Así que en este tiempo tan horrible ¿hay algo bueno, hay algo bueno que se puede extraer de esto? Veo una cosa que podría ser buena. Se trata de que puedes avanzar, acercarte un poco más a ti mismo. Entender tu existencia, entender quién eres en realidad, entender el valor de tu vida y entender lo poderoso que es ese ruido entre tus oídos.
Y cuando hablo de ese ruido, muchos dicen: bueno, sí, supongo que sí... Pero ahora ese ruido ha sido amplificado al máximo y es tan poderoso que te golpea día y noche, día y noche. Está ahí. ¿Cuán poderoso es?, ¿lo sabes? Hay personas que se interesan por una cosa espiritual y otra… y que es maravilloso hacer tal tipo de viaje, hacer esto y aquello y lo prueban todo. Pero aquí tienes este ruido que te está volviendo loco. Imagínatelo 24 horas al día, 7 días a la semana y a veces ni lo escuchas, porque estás distraído, pero está sucediendo.
No te pones a escucharlo porque estás distraído con esto y aquello. A veces a la gente le gusta estar distraída para no tener que ponerse a escuchar ese ruido. Pero ahora las distracciones han disminuido muchísimo y el ruido está en marcha. ¿Qué vas a hacer? El volumen ha subido y ahora tienes que hacer lo imposible que es vivir contigo mismo. Yo sé que hay muchas personas que no lo pueden hacer, vivir consigo mismas, no pueden soportarlo. No se pueden soportar a sí mismas.
¿Es una tragedia? Yo creo que sí, creo que lo es. Si no puedes estar a tu lado, contigo mismo, si no te sientes cómodo siendo tú mismo, entonces ¿siendo quién te sentirás cómodo? Hace mucho tiempo, seguro que debe haber sido muy diferente: salías todos los días, la mayor parte del día, a recolectar bayas. Recolectabas bayas y lo que pudieras encontrar. Éramos cazadores/recolectores. Recolectar, recolectar. Recolectabas, comías y comías. Luego por la noche te acostabas a dormir con la esperanza de que no viniera ningún animal a comerte.
Te ibas a dormir, te despertabas y volvías a empezar ese ciclo. Y seguro que estaban hartos, hubieran deseado haber podido ir a un lugar donde pudieran sentarse a comer. Y desde ese momento, se creó un sistema que es... el hecho de que tengas que pasarte todo el día haciéndolo no ha cambiado. No sales a recolectar bayas ahora, pero sales a trabajar para poder comprarlas.
Ese es el cambio que hemos hecho, antes no le pagábamos a nadie, no estábamos tratando de ganar dinero, no teníamos que ganarlo. Las cuevas eran gratis, lo único que tenías que hacer era salir todo el día, recolectar las bayas y frutas, o lo que encontraras, comerlas y eso era todo.
Ahora yo me imagino que en esos días un problema muy grande era poder garantizar que tendrías comida todos los días. Así que habría días en que no tendrías comida y pasabas hambre. Ahora hemos creado una sociedad en la que estamos orgullosos de ayunar. Es lo mismo, antes sucedía de forma natural porque no podías encontrar comida y tenías que seguir buscando, y ahora lo haces a propósito por alguna razón en particular.
Y aquí estás, trabajando todo el día. Como en la antigüedad, te levantas, te vas a trabajar para ganar un poco de dinero para poder comprar las bayas y toda la comida. Para asegurarnos de que siempre tengamos comida hemos creado una sobreabundancia. Es decir, se produce una cantidad increíble de comida hasta el punto de que la mayoría la desperdiciamos porque no la podemos ni consumir.
Y si te fijas en la cantidad de animales que se crían para sacrificarlos… es algo exagerado. Entonces hemos creado un sistema pero no hemos podido solucionar los problemas, todavía los tenemos. Tenemos una sobreabundancia de comida. Ya no tenemos que ir a recolectar bayas, pero aún tenemos que recolectar otra cosa que se llama dinero.
Tienes que crear el dinero, ganarlo, y eso nos lleva todo el día. Para poder usar ese dinero y comprar las bayas. Bueno, yo no voy a juzgar la situación y decir si funciona o no, tú decides. Pero de alguna manera no parece ser algo simple y yo estoy hablando de la sencillez. Hablo de esa sencillez dentro de ti, de la ley de la existencia que es increíblemente sencilla, de las necesidades que tienes, no los deseos, sino las necesidades.
De aire, agua... un sistema enorme (formidable) para tomar el agua salada y crear agua fresca, destilada y ponerla a disposición de la gente. Todo el sistema de ríos, fuentes, todos los sistemas del mundo. El aire aquí está, por todas partes, simple, real, adorable. Esto es la vida: una simple plenitud, la más simple necesidad de claridad, de comprensión, de seguir adelante, de sentir alegría, de disfrutar cada día.
Luego, un día, todo se terminará. El circo se va. Todo se ha acabado. Pero hasta ese día… disfrutar cada día, disfrutar y disfrutar. No desde aquí, sino desde aquí, de la manera más hermosa y verdadera.
Mantente bien y seguro. Sé. Hasta luego, gracias.
Confinamiento – Día 16
Hola a todos. Espero que estén todos bien, sintiéndose bien. Ha llegado el fin de semana, así que responderé algunas de las preguntas. Tengo preguntas de todas partes. Acabo de terminar la versión en hindi. He aquí algunas de las preguntas:
“¿Cómo puedo encontrar la belleza y la paz cuando hay tanta oscuridad en el mundo y en mí? No parezco encontrar la manera de conectarme con esta vida dentro de mí. Sé que existe, ya que la he sentido en tu presencia. Quisiera ahuyentar con amor todo el dolor y los pensamientos negativos que tengo.”
Bueno, es muy fácil. Lo curioso es que acabo de responder una pregunta parecida en hindi, muy similar.
Es realmente cuestión de que entiendas que la oscuridad existe, pero también existe la luz. Y depende totalmente de ti cuál eliges. La elección es tuya. Puedes elegir la oscuridad y la oscuridad estará ahí. Puedes elegir la luz y la luz estará ahí. ¿Es así de simple? ¿Realmente así de simple? Sí, lo es.
Cuando entramos en una situación oscura, la mayoría de las veces no nos damos cuenta de que lo estamos haciendo, pero de forma lenta y segura avanzamos hacia la oscuridad. La intención de vivir la vida de forma consciente se va por la borda. No queremos vivir la vida conscientemente. Es demasiado problema, demasiado. ¿Entonces qué empezamos a hacer? A vivir la vida inconscientemente. ¡No nos importa!
“Que pasa aquí, qué pasa allá, esto está bien, esto está mal; esto es así, esto es asá”. Y ahí vamos, dando pasos hacia la oscuridad.
No nos damos cuenta. Perderse no es algo que suceda de forma repentina. No es algo abrupto, puede suceder lentamente. Puedes pensar que vas en la dirección correcta y de pronto dices: “Deberíamos haber llegado, pero no llegamos”.
Después nos percatamos de golpe: “¿Qué pasó?, ¿dónde me perdí?” Es la pregunta equivocada “¿cómo me perdí?” La pregunta debería ser: “¿Cómo vuelvo al camino correcto? ¿Cómo vuelvo a encarrilarme?”, no “¿por qué me perdí?”.
Así que nos dirigimos hacia esa oscuridad viviendo nuestra vida inconscientemente. Casi es posible predecirlo: “Eso es lo que va a pasar”.
Pero luego está la posibilidad de vivir esta vida conscientemente. Puedo elegir entendiendo esas cosas: que la fuente de mi luz está en mí, la fuente de mi comprensión está en mí, la fuente de mi claridad está en mí. No tengo que salir a vagabundear buscándola… “¿dónde fue a parar?”.
Muchas personas dicen: “¡Qué bien la pasé! ¿Y dónde fue a parar ese sentimiento?” Bueno, no se fue a ninguna parte, está en ti. Siempre estuvo en ti, siempre ha estado en ti y siempre lo estará. Hasta tu último aliento.
Lo que sucede es que nuestra situación, cualquiera sea, nos abruma. Se apodera de nosotros, nos derrota. Toma control sobre nuestro libre albedrío, sobre nuestro poder de elección, sobre nuestro entendimiento, sobre nuestra claridad. Y tiene que hacerlo, porque solo te puede atrapar sin esas cosas.
Y lo que tienes que hacer es exactamente lo opuesto. Tienes que aferrarte a tu claridad, a tu esperanza, a tu alegría, a tu comprensión, a tu paz. Y como la tormenta: la tormenta se irá, el sol volverá a brillar y todo estará bien.
Esto es lo que tienes que comprender, es así como funciona. Tienes esa belleza y esa belleza siempre estará dentro de ti.
He aquí otra pregunta:
“Muchas personas están pasando por inseguridad económica, laboral. ¿Tienes algunas palabras de aliento para ellas?”
Sí, nuevamente es lo mismo. No importa cuál sea la situación externa, tienes que tener la fuerza de seguir adelante. La tienes.
Te recordaré un ejemplo que doy a menudo. Cuando saliste del vientre de tu madre, cuando naciste, lo que tuviste que hacer fue algo virtualmente imposible. En ese punto de tu vida eras sumamente frágil. Dios mío, no podías caminar, no podías hablar, no podías dar órdenes a la gente, no podías levantar nada. Eras sumamente frágil.
Tenías todo en contra. En ese momento tuviste que cambiar tu mundo, literalmente, de verdad. Todo el sustento que venías recibiendo provenía de tu madre y ahora eso se iba a acabar. Tenías que volverte independiente.
La cantidad de fuerza que tuviste que ejercer para poder nacer es nada menos que la fuerza que necesita un cohete enorme para despegar de la Tierra. Esta era la situación. Así fue.
En el vientre de tu madre estabas rodeado de agua e ibas a salir a este mundo, en donde ibas a tener que respirar. Y solo me refiero a la parte física. Iba a ser totalmente diferente.
¿Y qué hiciste tú? Ante la enorme dimensión de la situación, obviamente pensaste “de ninguna manera”, ¿verdad? No hubieras nacido. Pero aceptaste el desafío. Ante la urgencia presente aceptaste el desafío. Claro que no lo viste como un desafío, simplemente te encontraste en medio de la situación. Y así fue.
¿Y crees que alguno de estos desafíos que enfrentas es mayor que ese desafío por el cual ya pasaste? No puedo imaginar que sea mayor.
Hablo de un des-cambio. A las personas no les gusta la palabra “cambiar”. No quiero cambiar. Se dicen a sí mismas: “No quiero cambiar.” Así que se me ocurrió esta palabra: “des-cambio”.
Lo cual significa que en cierto punto en tu vida fuiste increíblemente fuerte, fuiste increíblemente poderoso. Tenías los objetivos bien claros, con gran precisión. Y no vacilabas en absoluto para lograrlos.
Así que, des-cambia. Mira, el cambio ha ocurrido y ahora las cosas con muy diferentes, entonces quizá necesitas des-cambiar y volver a esa fortaleza, volver a esa claridad, volver a ese entendimiento.
No a la fragilidad, la tristeza o la decepción. No a estos argumentos: “¿Qué me va a pasar?”. Asume cualquier desafío que llegue y créeme, esto es para muchas personas un muy largo camino que recién acaba de empezar. El aislamiento y todo lo demás es solo una parte del asunto. Después de esto tendremos que ver qué pasa. Porque te diré que lo que se vislumbra no es realmente bueno.
Algunos de los líderes que tenemos en este mundo no son líderes. Y claro que no te voy a decir quiénes son. Pero no son líderes y tú lo sabes. Los ves en acción y es como si estuvieran en Babia y nunca hubieran vuelto. Y todavía están en Babia y creo que lo estarán por el resto de sus vidas. No tienen idea de lo que está pasando.
Para ellos, la muerte y las cifras son solo estadísticas. Algo que se puede registrar en un gráfico. Y para mí, una muerte innecesaria, que no fue natural, es demasiado. ¿Podríamos haber hecho algo para evitarla? Sí, podríamos haber hecho algo al respecto.
En estos tiempos, cuando las comunicaciones y todo eso es tan confuso… ¿de qué comunicación hablamos? “Sí, tenemos maneras maravillosas de comunicarnos”. ¿Qué comunicamos? No sabemos cómo comunicarnos. Aceptémoslo, no sabemos pedir ayuda, nos hemos olvidado de pedir ayuda.
Nos hemos olvidado de decir: “Déjame ayudarte”. ¡Nos hemos olvidado de la humanidad! La humanidad se ha ido por la borda. Y mientras la humanidad se vaya por la borda, ¿qué tienen los seres humanos? Nada. ¿En qué pueden confiar? En nada. ¿Qué pueden seguir esperando del futuro? Nada. Así que, verdaderamente, este es un camino muy largo.
Aquí hay otra pregunta muy importante:
“Querido Prem Rawat, valoro poder escucharte cada mañana. Mi abuela de 95 años está en un hogar para ancianos, y se prohíbe la visita a los ancianos. Me asusta que ella deje este mundo sin que nadie esté junto a ella y no tener la oportunidad de despedirme… (Ah, veo que se trata de un abuelo, lo siento). Sin la posibilidad de despedirme o de reunirnos para un funeral. Sé que él ha tenido una buena y larga vida, pero me resulta triste que termine así. ¿Qué puedo escribirle para ayudarlo en esta difícil situación?”
Solo una cosa: que le quieres. Eso es todo lo que puedes decirle: “Te quiero. Sé, mantente bien. Te amo y siempre te amaré. Estás en mis recuerdos, bailarás en mis recuerdos, danzarás en mi corazón. Te amo.” ¿Qué más puedes decir?
A veces hay que aceptar la situación como es, no como la imagen idílica que te has creado. Acéptala. No hay nada que puedas hacer al respecto. Es lamentable, es triste. No quieren que haya más contagios. Esa es la razón del aislamiento. No puedes ir a verlo.
Yo sé que tienes una imagen idílica, pero vas a tener que hacerla a un lado por un tiempo. Y fijarte en la realidad. La realidad es aún hermosa. Tú le amas y él te ama. Esa es la realidad. Con o sin coronavirus, tú le amas y él a ti. Ningún muro, ninguna gran distancia, ni siquiera los dos muros pueden separar ese amor.
Eso es el amor. El amor puede atravesar muros. El amor puede viajar distancias descomunales. El amor puede alcanzar el fondo del océano. El amor puede alcanzar el cielo en las alturas. El amor existe. Y eso es lo que lo hace tan especial. No tiene límites. Nunca dejará de existir. Mientras estés vivo puedes amarlo cada día de tu vida.
¿Cuán increíble es eso? ¿Cuán maravilloso es? Acepta la situación y lo más importante: acepta el amor que tienes por tu abuelo. Así es como debería ser.
No tratar de hacer realidad las imágenes idílicas que creamos en nuestra mente sino ver la realidad tal cual es. Quizá eso te ayudará.
Muchas gracias. Hemos llegado al final de nuestro tiempo por hoy. Mañana continuaremos con más preguntas. Mantente seguro. Mantente bien. Sé.
Confinamiento - Día 10
Hola, hola a todos. Espero que estén bien, seguros y saludables en este momento de coronavirus.
Quisiera hablar un poco de tanto que estoy oyendo el día entero sobre lo que está sucediendo: mucha incertidumbre… se están tomando muchas malas decisiones. Por un lado, sí, todas estas cosas que están sucediendo nos afectan, por supuesto. Algunas de esas malas decisiones por supuesto que nos afectan.
Porque si ven, los Estados Unidos está en el primer lugar en este momento. Por la razón equivocada en primer lugar. Y si ves la población de China versus la población de Estados Unidos… es mucho menos que en China y a ellos les fue mejor. Y estoy viendo solo cifras, no la situación política.
Así que nosotros tenemos que tomar buenas decisiones para nosotros mismos. ¿Y cuáles son las decisiones que tenemos que tomar? En estas circunstancias no puedo garantizar muchas cosas. Pero sí puedo garantizarme una cosa a mí mismo: me voy a sentir bien dentro de mí. Esto lo puedo garantizar.
Porque puedo hacer algo al respecto. Es posible que no pueda hacer nada respecto del coronavirus, acerca de las pruebas para detectarlo. Es posible que no pueda hacer nada acerca de un millón de otras cosas, la economía, esto y aquello. Pero suceda lo que suceda, donde sea que llegue la situación…
Porque no es fácil y a todos les encantaría saber, decir "sí, va a llegar a esto". Pero es muy difícil, porque es un error tras otro. Y estoy seguro de que van a seguir cometiendo errores.
Pero hace mucho tiempo, cuando comenzó la Primavera Árabe, estaba yo reunido con algunas personas de la política en Italia, y una señora, recuerdo, estaba muy conmovida por todo lo que estaba pasando con la Primavera Árabe. Ella dijo: “¿Cómo va a sobrevivir la gente? ¿Cómo va a estar bien? Esto está muy mal".
Y yo le dije: "Eso es lo único, al final, que termina estando bien: las personas". Hemos seguido siendo. Tantos regímenes, tantos reyes, tantos emperadores que han venido y han pasado. Tantas civilizaciones que han venido, han pasado y al final de todo hemos sobrevivido".
Estas son palabras mayores. Cuando ves estos imperios poderosos que han caído… pero la gente ha seguido. Y se han transformado, se han permitido existir.
¿Entonces qué puedo hacer? Bueno, primero tengo que partir de la fortaleza, no de la debilidad. Porque la debilidad no me va a permitirá ver las posibilidades que puedan existir en este momento. Y lo segundo, lo más importante, es que tienes que ser flexible.
Anoche pensaba yo en esto: es como los árboles. Hay árboles muy rígidos, no se doblan y ¡se quiebran! Desaparecen, terminan. Los árboles que son flexibles en el viento, en la tormenta, sobreviven porque pueden doblarse, porque pueden moverse.
Por supuesto nosotros nos vemos a nosotros mismos: "Yo no soy móvil, yo soy así". Queremos vernos como rocas. Pero cuando llega la tormenta eso no es lo mejor. Lo mejor es ser flexible. Les daré un ejemplo:
Cuando estaba yo en Brasil… bueno, salí de España y volé a Brasil. La razón por la que salí de España era para ir a Argentina, y después de Argentina yo iba a ir a Uruguay. Estaba todo listo e íbamos a hacer algunos eventos, iba a visitar una prisión y todo eso iba a ser maravilloso.
Así que estaba yo entusiasmado con eso. Y volé desde Barcelona a Brasil. Estaba yo en Brasil y de repente (creo que fue el segundo día) se suponía que partiera yo para Argentina. Y de repente fue: "No, nadie entra a Argentina, está todo cerrado". Entraron en confinamiento.
"Guau ¿y ahora qué? ¿Podremos ir a Uruguay? No, no quiero ir a Uruguay porque no quiero hacer un evento al que vengan todas estas personas y que pueda desencadenar el asunto del coronavirus. No quiero eso, el Covid 19, no quiero eso”.
Decidí no ir. “Entonces, ¿qué voy a hacer? Quizás levanten esto, quizás suceda algo".
Y era tan frustrante. Era como… "Bueno, vamos a África, vamos a Sudáfrica". "No, no se puede ir a Sudáfrica". Porque cuando averiguaron que podíamos ir a Sudáfrica, al día siguiente ya no se podía porque iban a entrar en confinamiento.
Y yo estaba como… "bueno, un minuto, ¿ahora qué hago?, ¿qué voy a hacer?" Y de repente me di cuenta de que la situación era tan fluida. Era como agua cambiando, cambiando, cambiando.
Y el cambio es una de esas cosas. La mayoría de las personas le temen al cambio. No entienden de qué se trata el cambio y dicen: “No quiero cambiar. No quiero que las cosas cambien".
Bueno, en ese momento yo no quería que las cosas cambiaran. Yo tenía un plan. Y en mi plan había muchas cosas incluidas, no era solo yo. Eran todas las personas en Argentina que venían a verme, estaban incluidas esas personas. Involucraba a todo un equipo que iba a ir para hacer el armado del escenario, del micrófono, del audio, del video; todo el armado que había que hacer.
Y todos los permisos para ir a las prisiones, para mi visita. Había unos preparativos enormes. Me habían estado esperando desde hacía mucho tiempo. Pero era como “mira la situación, esto no va según tu plan (entre comillas)”. ¿Cuál es ese plan?
Sabes, tenemos una cámara acá y esta cámara hace imágenes. No dije "capta imágenes". Dije que "hace" imágenes. Así que esta cámara hace imágenes y son imágenes muy poderosas. No hay que subestimarlas. Y son la razón principal por la cual tengo expectativas, por estas imágenes que se han creado acá.
Así que la primera reacción es "intentémoslo". Perono va a suceder. Está fuera de tu control. La situación es tan fluida… tienes que volverte como el agua.
Cuando estás empacando para viajar tienes que tener mucho cuidado con los líquidos. Porque aunque no aprietes bien la tapa va a gotear, se va a derramar porque es esa la naturaleza del líquido. Requiere tan poco espacio, es tan fluido que aprovecha cualquier oportunidad para escapar. Irá adonde quiere ir.
Así que de repente era como: "Un minuto. ¿Por qué estoy peleando con todo esto? Porque que en realidad lo que necesito hacer es ser tan fluido como la situación lo exige y entonces no hay problema". No hay absolutamente ningún problema.
Los pilotos lo hacemos todo el tiempo. Si hay tormenta eléctrica en tu ruta aérea no te estresas, le das el rodeo. Ves el radar, la imagen satelital y tomas una buena decisión con buena información sobre la mejor forma de darle el rodeo.
Y si el viento viene en una dirección, no quieres ir con viento a favor de la tormenta. Si puedes, vas contra el viento. Y si vas con el viento a favor, posiblemente tengas un largo recorrido para darle el rodeo. Y luego si vas a volar por encima de la tormenta necesitas darle el rodeo, no es buena idea volar por encima.
Si es una pequeña tormenta no importa, pero si es grande y pierdes un motor y vas por encima tendrías que bajar. ¿Y qué vas a hacer? Porque no quieres bajar y entrar ahí.
Así que lo que tienes que hacer es darle el rodeo, darle la vuelta. Entonces me di cuenta: “Tengo que tener fluidez, tengo que trabajar con la situación. La situación no va a trabajar conmigo”. Y todo comenzó a cobrar sentido. En mi vida es así. Tengo que tener fluidez.
Fácil decirlo en estas circunstancias. Pero cuando estas circunstancias no están ahí, ¿entiendo que tengo que tener fluidez?
¿O estoy aquí creando imágenes con esta cámara de acá? Creando imágenes que son muy poderosas. Quiero que las cosas sean de una cierta forma y punto. Y si no resulta de esa manera, es terrible.
Bueno, hay personas que van a decir: “Bueno los ricos y los poderosos tienen esa imagen y la trabajan”. Sí, algunos de los ricos y poderosos han destruido toda su fortuna por laimagen que llevaban en la cabeza, sucede todos los días. Se crea la imagen y es como… "intentaré que las cosas sucedan así, como esta imagen".
Pero no se trata de eso. No se trata de hacer que suceda la imagen. Hay otra cosa que ya ha sido creada, hay una imagen que ya ha sido captada. Y esa imagen es tu bienestar, tu seguridad, tu fortaleza, tu valentía. Ahí está todo.
Todos en este mundo conocen todo lo negativo que llevas adentro. Eso lo conoces. Conoces la ira, conoces el temor, conoces la duda, la incertidumbre. Nadie en este mundo te lo tiene que explicar.
Pero no conoces estas otras cosas que tienes. Y desafortunadamente estas otras cosas son poderosísimas. La bondad contigo mismo, primero. Porque a menos que esa bondad esté funcionando para ti no vas a poder ser bueno con los demás.
Sé que quieres ser bueno con los demás, porque es la doctrina que han predicado. Pero comienza primero contigo. La bondad tiene que ser para ti. Y lo primero para la claridad: antes de aclararle algo a alguien tienes que tener tú esa claridad.
Porque si tú no puedes ver... ¿de qué sirve si un conductor no puede ver nada y todos los demás pueden ver todo bien? ¿Qué duración va a tener ese recorrido en autobús o en auto? ¿Cuánto tiempo va a estar seguro ese vuelo si el piloto no puede ver y todos los demás pueden ver bien?
Y es la advertencia que tienen para las máscaras de oxígeno: “Si tienes un bebé, ponte primero la máscara tú”. Porque si tú pierdes el conocimiento por falta de oxígeno no vas a poder ayudar al niño.
Así que tú tienes que tener esa claridad primero. Tienes que tener esa bondad primero. Tienes que tener ese entendimiento primero y entonces podrás tener efecto en otra persona.
Entonces se convierte en eso, de esto se trata. Tú, como ser humano, tienes estas características, estas fortalezas. Quizás nadie te enseñó que tenías estas fortalezas, pero sabes que las tienes y es el momento de usarlas.
Y si las tienes, si vienes con claridad, con entendimiento y no con dudas… simplemente claro, entonces no veo el problema. A la larga no veo el problema. Vas a poder dar pasos. Especialmente esas imágenes que se han creado en tu mente: si puedes déjalas a un lado.
Sucede en todas partes, en todas partes. Esto lo doy como ejemplo:
Una vez era el cumpleaños de mi nieto. Teníamos unos regalos para él que estábamos guardando para después de su fiesta de cumpleaños y otros regalos que pudo abrir antes. Se me acerca y me dice "este es el peor cumpleaños que he tenido jamás". Y me quedé como… "guau". Y después cuando abrió los regalos buenos, dijo "oh, no, está bien, es un buen cumpleaños".
¿De dónde salió eso? Él tenía algo en su cerebro, en su mente, de cómo debería ser su cumpleaños. Y no estaba sucediendo según ese plan, había cambiado.
Ves a las personas que se casan… había un programa en televisión que se llamaba Bridezillas. Las novias histéricas. La novia que se volvía loca porque tenía una idea de cómo debía ser toda la boda y no le estaba saliendo según el plan.
Así que, esta cámara que tienes ahí crea unas imágenes muy poderosas. Y tratas de evaluar todo según eso: “¿Cómo es eso, cómo está eso? ¿Cómo es eso y eso?" Y así va girando tu mundo.
Aún en estas circunstancias es un poco cómico. Porque en este momento tú no sabías qué esperar, así que esto no estaba produciendo imágenes. Pero ahora, poco a poco, comienza a producir imágenes: “Debe ser así, debe ser asao"
¿Por qué no se pueden unir las familias y tolerarse? Por las imágenes. “Espero esto de ti, espero aquello de ti”. Todo se trata de las expectativas.
Déjelas a un lado y de repente tendrás un ser humano con mucha fluidez. Una situación muy fluida que puede moverse, cambiar, adaptarse. Eso eres tú. Esta es tu posibilidad. Esto es lo que puedes ser.
No tienes que ser este otro ser que anda confundido todo el tiempo, preguntándose, y anda perplejo, desconcertado, mirando cualquier cosa: “¿Dónde está aquel planeta y dónde está esto y aquello? ¿Y cómo funciona?” No tienes que hacer eso.
Puedes partir de la fortaleza, de la claridad. Cualquier sorpresa que la situación te traiga. Quiero que sepas que tienes la fuerza suficiente para tolerar cualquier situación sorpresiva que te traiga el coronavirus o cualquier cosa. La puedes superar, te puedes cuidar, puedes ser. Puedes estar seguro.
Por supuesto, eso es entre los dos muros. Entre los dos muros esa es la posibilidad. Y tu vida, tu existencia debería significar todo para ti, porque así es. Es el regalo más precioso, más hermoso que se te ha dado. Que ya se te ha dado y tú eres el encargado de cuidarlo.
Qué afortunado que seas el encargado de cuidar el regalo más magnífico que puede haber y se llama “vida”. Se llama "un ser humano" que aspira a ser libre, a estar satisfecho, a estar en paz.
Mantente en paz. Mantente en alegría. Realiza esas aspiraciones del corazón y también tú verás el valor de la vida.
Así que de nuevo, espero que te sientas bien. Mantente seguro y mantente bien. Y sé. Gracias.