Confinamiento – Día 30
Hola a todos, espero que estén todos bien, sintiéndose bien, y que les esté yendo bien.
Estaba leyendo una de las preguntas que me llegaron y esta es de un muy buen amigo mío. Una de las cosas que quería saber era cuál sería la historia más apropiada en relación con este asunto del coronavirus en las circunstancias actuales.
Así que me puse a pensar en ello y una de las cosas que me pareció evidente es que podemos hacer un gran drama de esto, y lo hacemos. No es que trate de restar importancia a todo esto, no… es algo histórico, gigantesco.
Cuando uno mira una de esas animaciones sobre cómo se esparció esto, su avance vertiginoso, es como un choque de trenes. Y el tren se veía venir desde kilómetros atrás.
De todas maneras, tienes que centrarte en tus necesidades y tienes que entenderte a ti mismo, porque eso no ha cambiado. Las circunstancias externas han cambiado, pero quién eres tú y lo que necesitas no ha cambiado en absoluto.
Y claro que es nuestra naturaleza que cuando se nos priva de algo, cuando se nos quita algo, lo extrañamos más, lo queremos más, lo deseamos más. Yo conozco a muchas personas que preferirían estar sentadas en su sala viendo la tele, jugando a un videojuego, escuchando música o leyendo un libro. Pero ahora que uno no puede salir, quiere hacerlo: "¡Quiero salir, quiero ir a la playa!”
Todos queremos estar haciendo este tipo de cosas. Así que esto es muy interesante. Volviendo al tema de que lo principal no ha cambiado. Tus necesidades, tus anhelos, tu día, existir, sobrevivir, vivir, eso no ha cambiado.
Así que, ¿cuál sería la historia más apropiada? Bueno, después de pensarlo bastante tuve que sacar este cuento de la galera, tuve que excavar profundo. Es una historia que contaba hace mucho, pero no la he contado en muchísimo tiempo. Es un cuento muy breve:
Había una vez un rey que un día se emborrachó y se montó sobre su elefante, que también estaba borracho. Iban los dos andando. Él quería ir donde quiera que el elefante estuviera dispuesto a llevarlo. El elefante quería ir donde le apeteciera. Y estaban en muy mal estado, estaban borrachos. Nadie estaba al mando, a cargo de la situación. Nadie sabía qué hacer.
Y mientras iban andando, el elefante se tropezó con algo. Y el rey, que estaba montado sobre el elefante, se cayó dentro de un pozo. Mientras caía por un momento se volvió sobrio y se agarró de una liana. Una liana muy fuerte. La agarra y queda vivo; él está bien. En ese momento se pone a pensar: “¿qué está pasando aquí?” y se va poniendo sobrio muy rápidamente. De pronto, quiere evaluar su situación. Así que está en medio de este pozo, aferrado a una liana, mira hacia arriba y ve dos ratas, una negra y una blanca, que están muy ocupadas cortando esta liana. Luego mira hacia abajo para ver lo que había ahí, y ahí debajo hay serpientes, escorpiones, siseando. Venenosos y mortales. El panorama no es nada bueno.
Así que aquí se encuentra el aferrado a la liana, dentro de un pozo, mira hacia arriba y ve a dos ratas mordiendo la liana, tratando de cortarla; mira hacia abajo, adonde obviamente se va a caer si se corta la liana, y lo único que ve son serpientes venenosas, escorpiones, cosas peligrosas.
Bueno, detengámonos por un momento. Prácticamente la historia termina ahí. Porque esto es algo para que tú reflexiones, para que lo pienses. Tú eres el rey obviamente, en lo que sea que estás montado, en tu pequeño mundo, eso es el elefante. Y el elefante está borracho y tú también. ¿Con que te has emborrachado? Bueno, de inconciencia. Estás viviendo pero no estás a cargo de nada, excepto que no tienes problemas de quejarte de las cosas, diciendo: " Me pregunto por qué esto es así”, echándole la culpa a Dios, a esta persona y a esta otra, etc. etc.
Es algo muy metafórico. La metáfora aquí sería que en esta historia tú eres el rey, y la inconciencia es de lo que estás ebrio. Vivimos cada día y queremos que siempre sea igual. Me despierto a cierta hora ¿Cuántas personas, en Estados Unidos, crees que tienen la alarma de su reloj fijada para cierta hora? Y así queda. Supuestamente, los sábados y domingos, los días libres, apagan la alarma. Pero luego, cuando llega el lunes, se vuelve a la misma rutina.
Algunas personas programan la cafetera para que haga el café a una determinada hora porque saben que se van a levantar cada día a la misma hora. Así que aquí estamos viviendo dentro de un patrón. Y no estoy juzgando si está bien o está mal. Simplemente, estoy planteando la situación paralela a la historia y trato de darle sentido.
Después tenemos nuestro mundito que hemos creado, que está lleno de inconsciencia. Las decisiones no son nuestras. La sociedad nos presenta estos telefonitos preciosos. Los vemos, y decimos: "Sí, sí, quiero uno de esos, quiero uno de aquellos." Vamos conduciendo y vemos una casa hermosa, con un cartel que dice que está en venta y decimos: "Quiero eso también." Después vemos un automóvil muy, muy bonito y decimos: " también quiero eso". Así que está todo este mundo empujándonos y empujándonos todos los días para que queramos, queramos: "quieres esto, quieres aquello, quieres lo otro."
Y, nuevamente, nosotros estamos completamente inconscientes. Porque estas personas se sientan en su sala de juntas y se ponen a trabajar en “¿cómo podemos descifrar el código para que las personas compren esto?, ¿qué les vamos a decir?” Literalmente se tienen que sentar y decir: “Bueno, les vamos a decir que este es el mejor coche del mundo. No importa si el coche es bueno. No importa si esta bebida refrescante que vamos a publicitar es buena o no. Hasta podría hacerles daño. Pero eso no es lo que importa. Lo que importa es cómo podremos descifrar el código ¿Cómo podemos excavar en su cerebro? –excavadores de cerebro–. ¿Cómo podemos meternos dentro de su cabeza y plantarles la idea de que lo quieren? No que lo necesitan, sino que lo quieren”.
Nosotros estamos totalmente inconscientes y aceptamos esto y decimos: “Sí, sí, esto es lo que quiero.” Así que tenemos al elefante, que está borracho, y al rey montado sobre el elefante, que está borracho. Nadie sabe adónde va, muy borrachos de inconsciencia los dos. Al elefante no le importa un comino ni al rey tampoco. Y cuando te das cuenta, pasa algo. Algo ocurre, y el elefante se tropieza. Sucede el coronavirus COVID-19. Y el elefante se tropieza. De pronto el rey se ve lanzado fuera de su asiento sobre el elefante y cayéndose dentro del pozo. El pozo de este mundo donde vivimos. Y ahí estamos aferrados, hay una liana y nos aferramos a ella. Él mira hacia arriba y ve dos ratas: la noche y el día. Esas son las ratas, blanca y negra. Están ocupadas cortando la liana. ¿Y qué hay debajo, en el fondo de ese pozo? Serpientes, que son las consecuencias de las decisiones que hemos tomado. Así continúa, y continúa.
Y ahí está él, en el limbo. Si no hace nada se va a caer, porque esas dos ratas definitivamente van a cortar esa liana. Si no hace nada, ese será su destino, se va a caer y va a sucumbir a las consecuencias, al resultado de las consecuencias de su inconsciencia. Es la inconsciencia de las personas a lo largo de sus vidas. Lo que se encuentra en el fondo del pozo no son las consecuencias de un solo día, sino las consecuencias de cada día viviendo la vida inconscientemente. Inconscientemente. Es un panorama muy extraño. La única esperanza es que alguien te tire una cuerda y puedas hacer el cambio, porque tu suerte está echada. Esas ratas están ocupadas día y noche, sin importarles un pepino. El tiempo va pasando. Y esa es la simbología aquí, la simbología es del tiempo que no para, día y noche. Te compras un reloj, ¿para que te indique qué? Para saber cuándo vas a hacer esto y cuándo vas a hacer aquello, pero no te has sentado a mirar ese reloj y decir: “¡Dios mío, esto me está diciendo que tengo tanto menos tiempo para existir sobre la faz de la Tierra!” Y no es cuestión de que esté pintando un panorama catastrófico, porque existe la posibilidad de que en cualquier momento nos demos cuenta de que “aquí estoy”. “Estoy tan ocupado intentando no sufrir las consecuencias que me he olvidado de qué fue lo que causó que yo tuviera estas consecuencias en mi vida.
Y creo que hay otra pregunta de una persona que puede ser un recluso. No estoy seguro. Alguien de una prisión. Básicamente dice: “Yo hice lo que hice, pero estoy sufriendo las consecuencias todos los días.” Y lo que yo quisiera decirte es que sí, es verdad que está sufriendo las consecuencias todos los días. Pero, ¿qué hace que sea algo tan malo? ¿Son los demás o eres tú? ¿Cómo lo percibes? Porque eso lo puedes cambiar. Puedes ver esto como otra oportunidad en tu vida para realmente transformarte desde lo más profundo de ti. Así que no sólo puedes sacar un maravilloso provecho de esa situación.
Y esto es a lo que voy. He tratado con muchos reclusos. Frecuentemente visito prisiones y la cárcel es algo así, se trata de un confinamiento. No vas a poder ir ni allí ni allá, vas a estar confinado aquí y se acabó. Bueno, eso es lo que está pasando con este asunto del coronavirus: no puedes ir ni para aquí ni para allá. Te han quitado las libertades. Debido a eso ayer vi unas personas protestando por el confinamiento. Y me di cuenta de que muchas de estas personas, no todas pero muchas, simplemente no quieren que se les diga lo que tienen que hacer. No se trata de que quieran o no quieran. Simplemente no quieren que se les diga lo que tienen que hacer. Alguien viene y les dice: “Te tienes que quedar en esta habitación.” Y lo detestan, no quieren hacerlo.
Pero en realidad, usar un poco de sentido común. En estas circunstancias está bien no contagiar, ¿hasta cuándo? Bueno, se escuchan muchas cosas. Puede que se tarden dos años en desarrollar una vacuna, o doce meses. Están trabajando en el asunto, esperemos que puedan encontrar una vacuna o algún tipo de medicamento. No es que no se esté haciendo absolutamente nada. Hay mucha gente, muy buena, que está esforzándose muchísimo para encontrar una cura para este asunto, o algún tipo de alivio. Porque económicamente es un costo muy grande.
Pero esta es la situación. Volviendo a la historia, la única manera en que este rey pueda resolver su situación es que alguien venga y lo rescate ofreciéndole otra manera de poder salir, y que el rey entienda el valor de cada día que tiene. Que entienda que esas consecuencias lo van a estar esperando a menos que él cambie de manera esencial. Una de las maneras en que él tiene que cambiar es no volverse inconsciente, no embriagarse, para empezar. Y que se asegure de que su elefante tampoco se embriague.
Estoy tratando de armar esto, que realmente se trata de cómo percibimos todo. Es necesario que veamos la realidad. La realidad es simple y hermosa. Porque esa es su naturaleza, la naturaleza de la realidad. Puede parecer que es cruel, puede parecer que es extraña, puede parecer esto o aquello. Pero en realidad es hermosa. Estás vivo, El aliento entra en ti. Existes. Escucha tus necesidades. Tus necesidades tienen que ser satisfechas: estar en paz. Es muy, muy simple. Y cuando puedas estar en sincronía con eso, tendrás una vida diferente.
Y aquello de lo que hablo cobrará mucho más sentido. Porque lo que consideramos que es normal es hacer todas esas cosas y perder nuestro tiempo. Esto es lo único que no nos podemos permitir el lujo de perder, el tiempo; porque es algo que no podemos recuperar ¿Las novias? Puedes conseguir una nueva. ¿Esposas? Puedes conseguir una nueva ¿Hijos? Podrías intentarlo. Pero el tiempo, de ninguna manera. Un trabajo, dos trabajos, puedes intentar este trabajo o aquel. Esto no funciona, puedes intentar aquello. Pero el tiempo, no hay nada que puedas hacer al respecto. No hay un botón para volver atrás ni para parar.
Espero que esto te dé cierta perspectiva. Y lo más importante es que tengas un sentido de alivio, de sentirte cómodo. Estás bien. Estás bien. Ve a tu interior. Ve a tu interior. Entiende quién eres. Mira con tus propios ojos. Tú mismo. No a través de los ojos de la sociedad, míralo a través de tus propios ojos. De qué se trata todo. Y creo que tendrás una sorpresa agradable.
Mantente seguro. Mantente bien. Sé. Gracias y hasta luego.
Prem Rawat en conversación con el Dr. John Horton
#COVID-19
Prem Rawat:
Gracias por acompañarme en esta pequeña entrevista.
Dr. John Horton:
De nada, estoy encantado de estar aquí.
Prem Rawat:
¿Cómo estás?
Dr. John Horton:
¡Estoy bien! ¿Cómo estás?
Prem Rawat:
No parece que tengas el virus todavía.
Dr. John Horton:
No, todavía no.
Prem Rawat:
Hay bastante información errónea por ahí. ¿Podrías decirnos breve y exactamente qué es este coronavirus?
Dr. John Horton:
Bueno, es un pequeño "virus ARN", que corresponde a una clase de virus muy común. Está entre los virus que causan lo que llamamos "resfriado común", que son alrededor del cinco a diez por ciento. Hay otros virus que causan resfriados comunes.
Este es distinto porque surgió de una especie animal, probablemente un murciélago, y mutó de manera que puede infectar a los seres humanos, por eso nadie tiene inmunidad contra él. Para la mayoría de los resfriados con los que estamos en contacto año tras año tenemos cierta inmunidad.
Y este tiene dos fases. Empieza por las vías respiratorias superiores, que son la nariz y la garganta, pero entonces puede bajar a los pulmones. Y ahí se puede volver una enfermedad muy grave.
Prem Rawat:
Qué bueno saberlo. Y ahora, para que lo sepa aquí el público, eres el Dr. John Horton. Hace muchos años que eres médico, trabajabas en medicina preventiva. Has escrito algunos libros, has hecho muchos entrenamientos. Llevas bastante tiempo.
Dr. John Horton:
Sí, tengo cincuenta años en esto.
Prem Rawat:
Muy bien.
Dr. John Horton:
Sí.
Prem Rawat:
Entonces, si sabemos lo qué es esto, ¿cómo podemos evitar que nos ataque o que nos infecte?
Dr. John Horton:
Bueno, al igual que el resfriado común, se transmite en el aire. A través de gotitas de la tos y estornudos. Cuando alguien llegaba a nuestro consultorio con un resfriado le decíamos: “Ponte mascarilla, no nos vamos a exponer nosotros".
Y luego, cuando yo sentía que me había expuesto a un resfriado yo paraba para cuidarme, para que mi sistema inmunológico pudiera encargarse.
Y aquí es lo mismo. Es tan amplio y tenemos el distanciamiento social. Pero es igual de sencillo, si estás enfermo no vas a salir a esparcirlo. Y no te quieres acercar a personas que puedan estar enfermas. Esa es la primera prevención, y lo segundo es fortalecer nuestro sistema inmunológico.
Prem Rawat:
¿Y qué podríamos hacer para reforzar la inmunidad?
Dr. John Horton:
He estado escuchando tus charlas. La capacidad de disfrutar de la vida… porque cuando estamos estresados le restamos energía al sistema inmunológico.
Entonces si estamos disfrutando y encontramos esas las cualidades internas de las que hablas, eso es lo principal. Y luego, por supuesto, comer bastante bien, descansar, dormir, hacer ejercicio, pero no ejercicio agotador.
Prem Rawat:
Sí, el sueño. He leído mucho sobre cómo por la noche refuerzas el sistema inmunológico. Cuando duermes esas ocho horas, eso realmente mejora las cosas.
Y háblanos un poco de cómo es que hay un médico incorporado adentro de ti que anda vigilando estas cosas. Por supuesto, no está acostumbrado a este virus pero está vigilando, te está cuidando.
Dr. John Horton:
El sistema inmunológico es algo totalmente increíble, tiene tantos componentes. Identifica al invasor, ya sea un virus o una bacteria, y luego desarrolla células que se adhieren, lo atacan y lo descomponen.
Es asombroso. Cuando estudiaba medicina vi una foto de una bacteria. Era una cosa muy fea. Luego sale un glóbulo blanco, viene nadando como una ameba, absorbe la bacteria y luego la bacteria desaparece, la disuelve.
Sí, tenemos este sistema increíblemente complejo y sabio. Una vez que vemos este virus vamos a empezar a desarrollar respuestas inmunitarias. Muchos de nosotros no nos enfermaremos y esa inmunidad se mantiene de una generación de células a la otra. Eso es asombroso.
Prem Rawat:
Así que una vez que te vacunan, o que te enfermas y te recuperas, vas a tener inmunidad.
Dr. John Horton:
Esa es la esperanza. Algunas veces el virus muta y cambia, como lo hace el virus de la influenza. Entonces tenemos diferentes vacunas cada año. No sabemos qué va a pasar acá.
Pero muchas personas que han tenido esto ni siquiera supieron que lo tenían porque fue muy leve. Y ojalá, con suerte, van a tener una inmunidad que va a continuar a futuro.
Prem Rawat:
Así que esto no es algo que vaya a ser permanente allá afuera. Esto va a desaparecer y saldremos de esto, ¿verdad?
Dr. John Horton:
Bueno, eso es lo que sucedió en la China, ellos ya abrieron. Y también en los países pequeños cercanos a la China, en Taiwán hay muy pocos casos, les fue muy bien. Corea y Corea del Sur, Singapur ya han abierto la sociedad. Y ahora hay pequeños grupitos. Dicen: "Está bien, estas personas se están enfermando, vamos a identificar quiénes son, cuáles son sus contactos", y así lo pueden contener. Así que allí llegaremos.
Prem Rawat:
Es muy esperanzador saber eso y muy bueno. Así que no hay que temerle a eso, solo hay que tener cuidado y tomar precauciones.
Dr. John Horton:
Prem Rawat:
Y las precauciones no son tan difíciles: confinarte, no contagiar a nadie y no contagiarte de nadie. Quiero decir, todo lo que puedas hacer.
Dr. John Horton:
Exacto, así de sencillo. Y eso de dormir. Algunos que no duermen bien de noche pueden tomar una buena siesta.
Prem Rawat:
Eso es maravilloso. Especialmente si estás confinado. Tienes tiempo, puedes tomar una siesta, hacer un poco de ejercicio, comer bien y sentirse bien.
Dr. John Horton:
Y el disfrute del que tú hablas, el poder disfrutar de tu vida interior en medio de todo esto es siempre una posibilidad maravillosa.
Prem Rawat:
Qué maravilla. Creo que eso va a traer esperanza a muchas personas cuando escuchen que no es algo tan complejo. Porque hay tanta información mala ahí publicada. Es como, "Oh, sí, vamos a morir todos, es una cosa apocalíptica"… la gente le encanta y lo difunden.
Dr. John Horton:
Quisiera agregar una cosa. Anoche me encontré con un artículo, estudiaba un poco para esta conversación contigo y me encontré con un artículo escrito por Siddhartha Mukherjee, él era virólogo antes de convertirse en especialista en cáncer.
Y mencionó que esto está relacionado con la dosis. Las personas piensan "mira a tantos médicos que se han enfermado". Y es porque están expuestos a una cantidad enorme del virus. Pero si tú estás hablando con un amigo y el amigo esparce un poquitito de virus, es tan poquito que no va a marcar una diferencia.
Así que, una vez que logremos controlar y estabilizar la curva, eso va a reducir la transmisión.
Prem Rawat:
¿Qué les aconsejarías a las familias de las personas que posiblemente tengan esto y que están hospitalizados?
Dr. John Horton:
Bueno, aquí entra la salud pública. Si pudiéramos hacer más pruebas… de manera que si alguien de mi familia está hospitalizado podrían hacerme la prueba para ver si yo lo tengo. Pero sigue siendo lo mismo: descansar, relajarse, cuidarse, esa es la primera línea.
Prem Rawat:
Bueno, eso es maravilloso. Muy informativo para quienes ven estas charlas. Muchas gracias John. Cuídate.
Dr. John Horton:
Igualmente. Gracias Prem. Hasta luego.
Prem Rawat:
Confinamiento – Día 12
Hola a todos. Espero que estés bien. Espero que, bajo estas circunstancias, te estés divirtiendo. Porque el verdadero disfrute no ha sido bloqueado, el verdadero disfrute siempre está contigo. La paz que estás buscando siempre está contigo. Y se trata de comprender realmente lo que está sucediendo, lo que está pasando.
Entonces, puedes mirarlo así: “Bueno, caramba, estoy encerrado. Estoy encerrado. Tengo esta situación, tengo este problema, tenemos lo del coronavirus sucediendo “, y todo lo que viene con eso.
Puedo entender que la gente se enoje, se enfade. Culpando a otros, el juego de la culpa: “Ese tipo hizo eso, aquel hizo aquello". Por supuesto, fácil de culpar. Especialmente a los líderes mundiales, que de la forma en que han sido (tantos de ellos, no todos, pero la mayoría de ellos), la forma en que han estado actuando es de idiotas.
Y entonces, ¿qué puedes hacer? Tal vez ellos tengan que soportar la peor parte de esto o no, pero la gente común sí tiene que hacerlo. Piensa en la gente pobre, ¿qué tienen? Nada. Nada. Tal como es este mundo, la gente pobre tiene el peor trato que puedas imaginar.
Sin embargo, esto es lo que somos. Todo lo que tenemos en este centro comercial no lo podemos llevar con nosotros. Vinimos con las manos vacías y con las manos vacías tenemos que irnos. Ninguno de estos activos, ninguna de estas cosas nos llevaremos. No nos consideramos pobres, pero al igual que un pobre hombre, así es como nos iremos, no nos llevaremos nada.
Así, mirando esto, entendiendo todo esto, ¿qué puedes hacer? ¿qué es posible? Lo que es posible y siempre ha sido posible no requiere dinero, no requiere activos, no requiere nada. Solo requiere de ti. Tú tienes estos maravillosos, increíbles activos que verdaderamente te pertenecen. Nadie puede robarlos, un ladrón no puede entrar a una habitación y robarlos.
Hay una historia, es una historia zen y realmente me gusta. Una vez un Maestro llegó a su pequeña cabaña y se dio cuenta de que un ladrón había estado allí y se había llevado todas sus cosas valiosas. Por supuesto, no dijo nada y se sentó en la silla junto a la ventana. Abrió la ventana, y había una vista magnífica. La luna estaba saliendo, las estrellas ... Era simplemente hermosa.
Y él dijo: “¡Ja, ja! El ladrón olvidó robar la posesión más valiosa que tengo.”
Realmente me gusta esa historia. Porque eso que el corazón puede apreciar, que tú como ser humano puedes apreciar realmente, eso es lo importante. Eso es lo real. Todo lo demás está en un flujo constante de cambio. Va a cambiar porque esa es su naturaleza.
¿Cuál es nuestra naturaleza? Realmente no es nuestra naturaleza, es nuestro malentendido. Y nuestro malentendido es que no queremos que las cosas cambien. Queremos que las cosas permanezcan exactamente como están. Mira la industria, la enorme "industria antienvejecimiento". Quieren hacerte ver exactamente como no eres: joven.
¿Joven? Cuando eres joven, ¿a quién le importa? Tienes una cara llena de granos y para ti está bien, así es como es. Luego envejeces, te ves una arruga, y “¡Oh, ¡Dios mío! No, mis arrugas están llegando... ", y luego tienes una "crema antiarrugas ".
En India tienen una crema que se llama "justa y encantadora". Y estaba dando una entrevista en una estación de televisión. Me dijeron: "Tú entras y eres tan radiante. ¿Cómo es que eres tan radiante?” Respondí: “Porque uso esa crema, 'justa y encantadora'”. No lo hago, pero fue solo una broma para romper el hielo.
De eso se trata, ¡queremos ser quienes no somos! ¿Qué es esta fascinación que tenemos por ser algo que no somos? Nadie trata de ser humano. ¿Puedo ser solo humano? ¿Puedo ser un ser humano que tiene el valor de la paciencia? Ese es nuestro activo, pero tienes que entrar en ese círculo de ser humano para comprender este activo de ser paciente.
Porque ¿qué más vas a hacer? Tienes que ser paciente. "¡Dios mío! Estoy encerrado, no puedo hacer esto ni puedo hacer aquello. No puedo, esto está mal, aquello está mal." Y la lista sigue, sigue y sigue.
Pero una vez que entras en ese círculo de ser verdaderamente un ser humano aprecias los valiosos activos que tienes: la paciencia, la comprensión, la claridad, el poder que tienes, la luz que tienes dentro de ti. Incluso en este momento de desesperanza, donde la desesperación comienza a entrar, puedes tener esperanza.
¿Por qué? Porque hay una evidencia clara todos los días que te levantas: cada día lo que es esencial. No tienes que sentarte allí y decir: "Respirar, exhalar, inspirar, exhalar." Algunas cosas suceden automáticamente. Hay una amabilidad, una gentileza increíble. Hay una amabilidad increíble que continúa. Tienes que apreciar eso.
Y esa amabilidad te da esperanza: espero seguir adelante. Espero que “sí, cualquiera sea la situación, cualquiera, estaré bien. Estaré bien." No puedes permitir que esto, lo que sea que esté pasando...
Quiero decir, la peor parte del coronavirus en realidad no es el coronavirus, es la desinformación que tiene la gente. Y la información errónea. Algunos de los líderes que tienen ...
No sé qué está pasando con las direcciones, pero un día dicen "¡Ah! Vamos a hacer esto. Y no, no vamos a hacer nada. No vamos a hacer nada." Vamos ...
Si miras a los Estados Unidos, ellos sabían que se acercaba. Podían ver lo que estaba sucediendo en China. La gente simplemente va para todos lados, viaja, viaja. Y esas cosas que pensamos que eran tan maravillosas, de repente vemos que es peligroso. Y sí.
Somos humanos. ¿Cuál es nuestro fuerte? Pensamos que nuestro fuerte es inventar y hacer estas máquinas. "Mira lo que hemos logrado". Superaremos esta cosa del coronavirus, por supuesto, lo superaremos.
¿Pero cómo lo enfrentamos? ¿Qué hemos aprendido? Se ha convertido, no en una epidemia, sino en una pandemia. ¿Qué hemos aprendido a través de años y años? ¿Hemos aprendido que una muerte debido a esto es demasiado? Si puede evitarse, debe evitarse. ¿Dónde está, dónde estaba la preparación? En ninguna parte.
Pero incluso en esta circunstancia quiero que te mires a tí mismo, y al verte encuentres las respuestas. No son las preguntas. Encontrar las respuestas que están en tu corazón, que están en tu ser, eso no es un montón de información errónea.
Para lo que sea que sirvan las redes sociales, una cosa para la que definitivamente son buenas es para difundir noticias equivocadas. Estaba leyendo sobre eso y sobre cómo está causando ansiedad en las personas. ¿Qué tipo de "buenas noticias" son esas que causan ansiedad enloqueciendo a la gente?
La depresión entra y todos estos elementos comienzan a aparecer. Y la única forma en que puedes detenerlo es mirando hacia adentro. Toda esta basura: la única forma de detenerla es volteándose hacia adentro.
Alguien dice: “Tenemos que hacer esto, tenemos que hacer aquello..." Espera, ¿qué tienes que hacer realmente? ¿Qué es lo más importante? Aclara tus prioridades. Aclara tus prioridades.
Tu prioridad, mi amigo, es tomar este aliento. Tu prioridad, mi amigo, es estar en contacto con tu corazón. Tu prioridad, mi amigo, es estar contento. Tu prioridad, mi amigo, es estar en paz. Tu prioridad, mi amigo, es estar contento, independientemente de las circunstancias que te rodean.
Estar en esa hermosa y simple alegría, nadar en ese hermoso océano de serenidad. Estar contento, estar tranquilo, ser comprensivo, mirar hacia adelante sin perder la vista del hoy, sin perder la vista del ahora, sin perder la vista de lo que está presente.
Ese es el problema. Estamos tan ansiosos por mirar el futuro que perdemos de vista el día de hoy. Y cuando perdemos de vista el hoy, ese futuro no está garantizado. Nos enamoramos tanto del ayer que perdemos de vista el hoy.
Cuando perdemos de vista el hoy, ese pasado no nos ayudará a hacer nada. Debes mantener conciencia de lo que está sucediendo en este momento.
Donde tu amas, expresa ese amor. Una vez no es suficiente, no lo es. Ese amor necesita ser expresado una y otra vez. Así es.
Es como una papa frita. Comes una y no puedes tan solo comer una. Tienes que comer otra y otra más. Es como un helado, te pones una cucharada en la boca y sabe tan bien, que pones un poco más y un poco más y un poco más.
Ves a un niño pequeño que tiene un cono de helado y está lamiendo ese helado ¡con tanta alegría, con tanto foco! El enfoque está absolutamente puesto en disfrutar ese helado.
No importa lo que esté sucediendo en todo el mundo, el enfoque está ahí.
Y necesito ser así. Necesito ser así, necesitas ser así. Tan concentrado en extraer toda la alegría que tiene hoy, que tiene "ahora mismo", ¡la belleza que está bailando en tu corazón, la belleza que eres!
¿Te juzgas a ti mismo con los ojos de los demás? Primero debes juzgarte por tus propios ojos. Deberías verte con tus propios ojos. Pero es más fácil mirarte a ti mismo desde los ojos de otras personas: "¿Me pregunto qué van a pensar?" Y eso es algo muy poderoso. Eso es algo muy poderoso.
No se trata de otras personas. Tu vida es tuya. Tú eres el que llegó, quien hizo ese esfuerzo monumental para hacer esa transición desde el útero de tu madre a esta tierra. Hiciste ese esfuerzo.
Y luego, el día que te vayas, serás tú quien hará la transición de atravesar de ese muro. Y es por eso que esto se llama "tu vida”. Tu vida, tu existencia. Para apreciar todo esto, tener esa paciencia, realmente comprender quién eres. Y cuando digo: "Intenta extraer todo ese placer que hoy tiene para ti"… ¡Es un regalo! Acepta este regalo, entiende el regalo.
De lo contrario, la vida es como algunas personas dicen: "Oh, esto es terrible, es terrible". Aquellos que han entendido la alegría que está dentro de ellos, no dicen "es terrible". Dicen: "Es hermoso. Es un regalo. Estoy agradecido." Esas tres cosas: "Conócete a ti mismo. Vive tu vida conscientemente. Ten un corazón lleno de gratitud".
Entonces, muchas gracias, nos vemos mañana.
Confinamiento – Día 29
Hola a todos. Espero que estén bien, saludables y tratando de disfrutar en estas circunstancias de confinamiento. Continuando con las preguntas:
“Mis niños han destrozado la imagen que yo tenía de ellos. Como padre tengo la responsabilidad de que vayan por buen camino. ¿Cómo lo hago?”
OK, es una pregunta interesante. Estás con tus hijos en confinamiento y lo que ves es que no son como creías que los estabas educando. Voy a tratar de responder a esta pregunta. ¿Son tus hijos el producto que cómo tú les dices que debieran ser, o los incluyes en las decisiones que tomas para ellos? ¿Les pides ayuda planteándoles lo que debería ocurrir y les explicas por qué debería ser así? ¿Les preguntas qué soluciones ven ellos para lograrlo?
Y no solo eso, sino solicitar su ayuda para lograrlo, aceptar su consejo, con calma.
Con tus hijos: les dices lo que tienen que hacer y esperas que lo hagan. Ahora bien, con tus amigos haces exactamente lo que dije antes, que es sentarse con ellos, les explicas el problema, pides su consejo, esperas su consejo y vaya si los escuchas, especialmente si se trata de un buen consejo. Llevará algo de tiempo, tus hijos no te van a dar las respuestas perfectas el primer día porque no saben, tienen que confiar en ti. Pero no subestimes a tus hijos, no pienses que son idiotas porque eres el padre.
Respétalos y ellos te respetarán a ti. Hay que dar respeto para recibirlo. Se necesita que ambos lleguen a la misma conclusión para que las cosas avancen. Así que pídeles que te aconsejen, ¿cómo lo harían?, ¿cómo podría suceder? Es exactamente lo que haces cuando vas al hospital. Ves al médico y le dices que te duele el brazo: ¿qué puedo hacer? El doctor te da su consejo y tú lo aceptas. Si te dice “te voy a cortar el brazo”, respondes “pero no, es simplemente un pequeño rasguño, ¿por qué me quiere cortar el brazo?”.
“Es que me gusta cortar brazos”, “no te quiero a ti como doctor, iré a ver a otro”. Se necesita confianza, que tienes que lograr con tu familia, con tu esposa, con tus hijos. Quieres ser el dictador de tu familia y créeme, tu imperio se va a volver en tu contra. No sé qué edad tienen tus hijos ahora pero si estás hablando de destrozar sus expectativas, tu imperio entero se va a destrozar. Haz las cosas de manera que los incluya a ellos en buscar la solución. He visto a niños, que ni siquiera pueden hablar bien todavía, presentar soluciones. Así de pequeños.
Tienes que preguntarles qué piensan, que deberíamos hacer y ellos te lo dirán. ¿Que podría pasar?
Aunque al niño no le esté yendo bien en la escuela... ¿qué necesitas para que te vaya mejor? Y acepta su consejo, ellos lo van a pensar. ¿Acaso no tienen la capacidad de pensar? ¡Claro que la tienen! Y créeme, te sorprenderán, te quedarás muy sorprendido. Por favor, respeta a tus hijos si quieres que ellos te respeten, inclúyelos en la toma de decisiones.
No te conviertas en.… no todos los políticos son malos, pero hay algunos que hacen lo que sea con tal de tener tu voto, y después te pegan una bofetada por cualquier cosa. No te conviertas en eso: sé un padre, eso es lo que significa ser un padre. Y eso eres, no un dictador ni el amo de unos esclavos. No estás ahí para producir esclavos para ti, eres un padre y ser padre significa ayudar a tus hijos a que entiendan el proceso de tomar decisiones.
Y todas esas cosas que se necesitan para ser... Muchas personas han creado una tarea imposible para sí mismos porque no quieren incluir. Incluir… y cuando lo hacen, tienen un equipo. Cuando tienes una familia, no solo tendrías una familia, sino que tendrías un equipo familiar. Es decir, trabajo en equipo. Eso es maravilloso, genial. El trabajo en equipo puede ser algo maravilloso, hermoso. Y eso es lo que tienes que tratar de lograr. Espero que tenga sentido para ti.
Esta es de Rafael: “Lo que más quiero es estar presente en cada momento de mi vida ¿Podemos ejercer ese amor, aún durante las sesiones más banales o sencillas de todos los días, es posible hacer que vivan simultáneamente nuestras pasiones y la experiencia, está a nuestro alcance?”
Si, podemos ejercitar ese rol, pero con consciencia, tiene que partir de la consciencia. En primer lugar, deja que te haga una pregunta ¿tienes una imagen de esto en tu mente, de cómo debería ser? Porque es ese caso te estás exponiendo al fracaso. Muchas personas piensan: “esto es lo que va a suceder y todos van a ser liberados” y tienen todas esas imágenes que la sociedad presenta. Pero son precisamente las que nos hacen tropezar. Es lo que hace que las cosas que son precisamente muy simples se vuelvan virtualmente imposibles. Así que primero deshazte de esa imagen, y lo que vaya a suceder, sucederá.
Otra pregunta:
“Vine a esta vida, cuando aprendí a tener un alto nivel de ansiedad -esto es de Celeste- me pregunto si puedo cambiar mi naturaleza y dejar eso atrás.”
Sí, no tienes que volverte ansiosa, cuanto más estés en control de tu vida y de lo que ocurra en ella tendrás menos razones para sentirte ansiosa. A veces la ansiedad extrema es algo físico y para eso tendrás que ver a un médico o un psicólogo para que te ayude, pero definitivamente, cuanto más estés en control de tu vida, menos motivos tienes para estar ansiosa. Espero que esto te ayude.
Esta pregunta es de Victoria:
“¿Tienes algunas palabras inspiradoras que me ayuden a tomar el control de mi día cada día?”
Sí, ten confianza. Comprende de qué se trata este control. No es que de pronto te vas convertir en el ratón Mickey ni en el mago que mueve su dedo, sale la escoba del armario y empieza a fregar el suelo, el cubo se llena de agua y todo eso. No se trata de eso. Se trata de ti, de que estés plena, de que te comprendas a ti misma. De que digas, si esto no funciona, ya veremos, yo estoy bien. No decir, si esto no funciona se acabó todo para mí, sino que si no funciona aun estaré bien.
Si estás hirviendo los frijoles y es un desastre, se van por todas partes, no te desesperes, pide una pizza. A fin de cuentas, lo que necesitas es comida, no tienen por qué ser alubias ese día. Déjalo, quizá las cocinas bien al día siguiente, lo que has aprendido te sirve para cocinarlas bien sin hacer un desastre. A veces es tan sencillo como eso, otras veces no, pero cada día debes comprender su valor y saber sobre qué tienes control.
Hay cosas que puedes controlar y otras que no. Voy a hablar sobre ello, porque muchas personas no saben sobre qué no tienen control, tratan de controlar esas cosas y crean un desastre. ¿Sobre qué cosas tienes control?
No se trata de la situación sino de cómo reaccionas ante ella, esto está muy claro. Así que en tu vida, día a día, haz el esfuerzo, sé consciente y sigue adelante.
“Últimamente me doy cuenta de que estoy estancado en mi vida. No por el coronavirus, ya que trabajo en medio de esta pandemia, me he contagiado pero me he curado; me quedan algunos síntomas, pero nada grave. Mi problema es que me cuesta aceptar lo que está sucediendo. Valentía tengo, por eso me levanto y me voy a trabajar. Pero ver a los ancianos morir solos sin darles oportunidad de luchar solo por un maldito número, su edad... honestamente yo conozco personas que están más llenas de vida a los 86 y a los 92 que a los 50. Además, como médico, es mi responsabilidad dar la noticia no solo a los enfermos que no van bien, sino a sus familiares. Algo realmente horrible. ¿Cómo manejo el sentimiento de culpa? Sé que no está en mis manos, pero ¿por qué la culpa?”
¿Por qué te sientes culpable? No tienes que sentirte culpable, no tienes por qué sentirte culpable. Te encuentras en una posición muy precaria. Arjuna, en medio del campo de batalla, dijo exactamente lo mismo: “Yo no voy a luchar. Conozco a estas personas y no quiero ser responsable de matarlos, eso sería demasiado, así que no lo voy a hacer.”
Y Krishna le respondió: “Hazlo, haz lo que tengas que hacer, cumple con tu deber sin preocuparte de las consecuencias, cumple con tu deber”. Esto es algo muy importante en la India. En el Gita hay todo un capítulo sobre el deber, de cumplir con él sin preocuparse de las consecuencias. Eres médico, puedes ayudar a las personas. Has ayudado a tanta gente y puedes continuar haciéndolo. Sin sentir culpa.
Lo que está sucediendo... se han tomado malas decisiones. Quizás la historia reflejará esto. Las malas decisiones que están tomando algunos de los líderes. Están pasando cosas extrañas, hay conclusiones extrañas y creo que esto va a durar mucho, mucho tiempo, porque las personas no han tenido los recursos necesarios para poder expresar su ira, su enojo o su temor o lo que sea.
Pero ahora sí los tienen. O sea que esto va a tener consecuencias durante largo tiempo. Pero te animo a que no te sientas culpable, no tienes que sentirte culpable, lo que tienes que sentir es esa valentía de seguir adelante, tomar esa valentía y quitarte de encima ese sentimiento de culpa que viene de la mente no del corazón. Viene de la mente, de los razonamientos.
En medio de este incendio, no es el momento apropiado para averiguar cómo empezó el fuego, lo mejor es intentar extinguirlo. Lo que puedo decirte es que eres médico, no te sientas culpable, líbrate de eso, sigue adelante y ayuda a las personas como tú puedes. Dales el amor y el cuidado, dales esa atención que solo tú puedes dar. Buena suerte.
Esta pregunta es de Yasofa, de Malasia:
“Las personas que se contagian de este virus acaban en un hospital y si no se recuperan se mueren. No se les permite a los familiares visitarlos o estar con ellos. Es verdad que uno llega solo y se va solo, pero te sepulta el personal del hospital... Están tistes, siento pena por los pacientes, quieren estar con sus seres queridos antes de que se vayan pero no pueden. ¿Qué piensas de esto? Si el corazón está lleno ¿no se van a sentir tristes?”
Voy a intentar ponerlo en cierto contexto. Yo no fui quien invento la regla de que no puedan verse unos a otros, pero sé una cosa: el amor no conoce límites ni sabe nada de fronteras, para el amor no existe la distancia, ni la altura, ni la profundidad, no hay nada imposible para el amor. El amor no conoce barreras. Puedes amar a aquellos que amas y siempre amarás.
Lo que sucede es que tú permaneces aquí, sintiendo la tristeza de su pérdida. Por lo menos aquellos que se fueron no sienten la tristeza. Ellos no saben que se fueron. Eso es lo que significa “se fueron”, se han ido, han dejado atrás el cerebro que hace los razonamientos, los ojos que te reconocían, los ojos que te veían, los oídos que te escuchaban... es un mundo diferente.
Y tú has de amarlos, esta es tu esperanza y el legado que te van a dejar. Viven en ti, tus padres, tus abuelos viven en ti.
Y sí, es algo terrible, una tragedia terrible, pero esa es la naturaleza de esta situación. Lo mejor que puedes hacer es amar. Es algo que puedes hacer, siempre debes recordar esto, en cualquier situación. ¿Qué es lo que puedo hacer?, no ¿qué es lo que no puedo hacer? Eso es una pérdida de tiempo. En esta situación, mientras esto dure, debes recordar qué puedes hacer. Lo que puedes hacer es amar, amar y amar.
Mantente seguro, mantente bien, sé.
Confinamiento – Día 20
Hola a todos. Espero que estén bien, seguros y sintiéndose bien. De lo que quisiera hablarles hoy es de algo muy sencillo, porque a eso tenemos que regresar en nuestra vida. Cualquiera sea la situación, la simplicidad te ayudará a atravesarla. Fíjate en la simplicidad de la vida, en la sencillez de la existencia y entenderás de qué hablo. En nuestra vida a veces no entendemos lo importante que es tener armonía.
Estar en armonía con todo lo que nos rodea, estar en armonía con la naturaleza, estar en armonía con las personas con las que nos rodeamos. Y lo más importante: estar en armonía contigo mismo. La armonía de nuestra existencia, la armonía de este aliento que entra y nos llena de vida. Cosas hermosas, simples. Las cosas hermosas y sencillas en la vida.
Tu existencia... pon a un lado tus anhelos y fíjate en tus necesidades, en tus simples necesidades de sentirte pleno, de estar en paz, de sentir alegría, de comprender. Preguntarse, pero luego también tener las respuestas. Comprender que todas esas respuestas, el océano de las respuestas se encuentra en tu interior. Indagar: ¿qué es esto? Pero luego encontrar la respuesta. Esto solo se puede entender si hay una profunda simplicidad en tu vida.
Si entiendes el ritmo de la alegría, de la existencia que llega… que existes, que quieres crecer. Quieres ir más allá de solo sobrevivir, quieres prosperar y lo que va a requerir es simplemente ser. Ser, existir, ver la armonía. Verla de la manera más sencilla. Nos encanta lo complicado porque cuando es complicado nos sentimos desafiados. Y podemos decir cosas profundas, cosas tremendamente profundas.
Una vez vi a alguien hablando de la vida pasada de otra persona: “Fuiste un elefante, fuiste esto y aquello”. ¿Por qué entras en eso? Esta es la vida que tienes, no aquella. Aquella la tuviste, esta es la vida que tienes. ¿Qué puedes hacer en esta vida? ¿Qué puedes ser en esta vida? ¿Puedes ser sencillo, simple, puedes verla con los ojos de un niño?
¿Qué es eso? Sencillamente ver, aceptar algo sin preguntarte qué es, cómo se llama, cómo funciona y qué propósito tiene. Eso va suceder después. Pero hay una etapa donde el niño simplemente mira algo y lo acepta. Esto lo he visto muchas veces. Le muestras al niño la Luna, sales afuera con él, es de noche, miran hacia arriba y el niño ve la Luna. No sabe que se llama la Luna, son los padres que le dicen: la Luna.
Pero sin darle un nombre, sin nada más, el niño la mira y simplemente aprecia su belleza, aprecia lo que es sin tener que saber qué tan lejos está, cual es su diámetro, cual es su circunferencia, de dónde viene... todo eso ocurre después. El tema es que todo eso sucede después. Más tarde entraremos en todo esto. Pero… ¿la simplicidad? Siempre me hago la misma pregunta, ¿qué le pasó a ese niño? Tú fuiste ese niño alguna vez.
Ese niño que era increíblemente simple. Muchas personas no le ven la profundidad a esto, yo sí. Poder ver algo tal cual es, sin saber su nombre, sus características, sin darle un propósito, sin darle esto o aquello. ¿Por qué la Luna es hermosa? ¿Es hermosa? Bueno, cuando está brillando en el cielo es hermosa. ¿Por qué? No importa mientras simplemente lo sea.
¿Puedo yo ser así también? ¿Tengo que darle diez mil significados diferentes a todo lo que sucede en mi vida?
¿O simplemente puedo aceptar que soy, que existo. ¿Puedo aceptar mis necesidades? Quiero estar en paz, quiero sentirme bien, quiero sentir alegría, quiero sentir plenitud. Muchas personas preguntan qué es lo que va hacer que sientan plenitud.
Hace poco alguien me preguntó: ¿qué es la paz? Muchas veces me han hecho esa misma pregunta. ¿En serio?
¿Quieres saber qué es la paz? ¿No quieres sentirla sino saber lo que es? ¿Qué es el azúcar, el chile, la sal? Le puedes poner un nombre, “es esto, es aquello”. Pruébalo, pruébalo.
Hay un cuento en el que estaba un rey sentado en su corte y llegó un embajador y le dijo: “Mi señor te ha enviado como regalo esta fruta que proviene de su reino”. El rey, ahí sentado, le preguntó: “¿Qué es?”. “Es un mango” (en este reino no había una fruta así).
Preguntó qué era un mango y alguien dijo: “Voy a echar un vistazo, iré a verlo”. Fueron a ver el mango y le dijeron: “Su Majestad, es una fruta que tiene este aspecto”. Y el rey dijo “Todavía no entiendo lo que es un mango”. Lo tocaron y le dijeron que tenía como un aspecto blandito, pero el rey dijo “Sigo sin entender”.
Alguien tomó un bocado y le dijo: “Es dulce, delicioso, con un riquísimo aroma...”.”Pero todavía no entiendo lo que es un mango”, dijo el rey. Esto continuó y continuó. Todos se estaban cansando del asunto hasta que uno de los cortesanos se levantó, cortó el mango, puso el trozo en un plato y se lo acercó al rey. El rey se lo puso en la boca y dijo: “Ahora sé lo que es un mango, gracias”.
Ese es el poder de saber. ¿Y el poder de creer? Es más y más y más. Cree en esto y en aquello. Porque no se trata de saber sino de creer y creer. Alguien lo va a entender por ti, lo pondrá en una píldora y te la dará. Vas a tragarte la píldora y dirás “creo que ahora sé”. Pero no sabes, es simplemente más y más creer: “Creo más en esto, creo más en aquello”. Las creencias continúan, luego tienen que venir personas a interpretártelo a ti.
Y no hay escasez de personas que interpretan. Lo que hacen es abrir los libros y te dicen “es verdad porque está escrito en este libro” y “no es verdad porque está escrito en ese libro” y “es verdad en esto..." Así es como, sigue y sigue.
¿Qué quieres en tu vida? ¿Creer o saber? Quieres saber. Eso es estar en armonía contigo mismo. No en desacuerdo sino en armonía contigo mismo. La verdadera armonía, estar en ese ritmo, ¿cómo iba a llegar a tu vida? Te diré lo siguiente: es como una banda tocando en donde un integrante toca desafinado, está completamente en otro lugar, tocando fuera de ritmo y desafinado.
¿Es tu vida así a veces? ¿Donde la música no tiene sentido porque hay alguien que toca otra cosa, no está en el mismo ritmo ni en la misma armonía? Esta vida tiene que estar en armonía cada día. Cada momento en el que puedes ser, necesitas estar en esta armonía. Y actualmente es todo un desafío, porque la mente te dice ¿qué va a pasar? La mente te dice “¿qué va a pasar, cuándo va a acabarse esto, qué es esto, qué es esto?”. Y el corazón está más interesado en lo que sucede cada día.
Estás vivo. Tu vida, tu existencia. Comprende lo que significa estar en esa armonía. Entiende lo importante que es para ti estar en esa armonía. Ponte en armonía con esta existencia durante el tiempo que tienes. Cuando se acabe ya no podrás armonizarte. ¿Vas a querer hacerlo? Sí. ¿Podrás? No. Esta es tu chance, esta es tu oportunidad de sentir, de experimentar.
¡Y qué hermoso es eso! Que puedas hacer eso, sentir eso. Que puedas sentir paz, alegría, lo bueno de estar vivo, lo bueno de quién eres. La armonía, la comprensión. Así es como debe ser. No algo complicado sino simple. Y cuando entiendes lo que es la sencillez y lo valiosa que es esa simplicidad todo comienza a cambiar.
Todo adquiere un nuevo significado: “¡Vaya! ¿Cómo saco provecho del día de hoy?”. Simplemente sé tú mismo y lo aprovecharás.
Eso es lo que quieres. Siempre es un buen momento, siempre es un momento adecuado. Porque entiendes lo que eso significa. No analíticamente, no a través del análisis. Necesitamos del análisis, no estoy diciendo que no lo necesitemos, sí lo necesitamos, en este mundo hay muchas cosas que necesitan el análisis. Pero tu existencia está en marcha, no tiene sentido analizar qué significa esto y qué significa aquello.
Acéptalo y entiende que necesitas estar en esa sencilla armonía, en esa simple sincronicidad con tu existencia, con este aliento. Tú tienes que volverte así de simple. Tú tienes que volverte así de real. No importa esa filosofía que rebota entre los dos oídos. No, no y no. ¿Qué es sencillo? ¿Qué es real para ti? El ir y venir de este aliento, tu existencia.
Lo que es real es tu deseo de paz, tu necesidad de paz. ¿Qué es real? Tu necesidad de sentirte pleno. ¿Qué es real? Tu necesidad de permanecer en esa sencillez. ¿Qué es real? Tener esa armonía en tu vida, tu necesidad de tener esa armonía en tu vida. Una vez más, ver el mundo y a ti mismo con los ojos de un niño. Siempre digo ¿qué pasó con ese niño? ¿Qué crees? Ese niño todavía está aquí, cualquiera de nosotros fue un niño alguna vez.
Ese niño nunca murió, aun está ahí. Ponte en contacto con ese niño, ponte en contacto con esa simplicidad, ponte en contacto con esa armonía, ponte en contacto con esa alegría. La recompensa por todo esto es la plenitud, la paz, todo lo hermoso en esta vida.
Mantente seguro, mantente bien, gracias.
Confinamiento – Día 27
Hola a todos una vez más... y sé que ya han dado los anuncios de que el confinamiento va a durar más, pero eso no es para descorazonarse o preocuparse. Unos días más, a fin de cuentas. El objetivo es estar seguro, estar bien y aprovechar la oportunidad de aprender algo, de comprender algo, algo que es muy importante. Porque el tiempo es tiempo, no se trata de lo que esté sucediendo en él, sino que el tiempo es tiempo.
Es una forma de verlo, y puedes pedir algo que realmente te ayudará en el transcurso de tu vida. Hay dos cosas de las que quiero hablar. Una ya la mencioné en el transcurso de una de estas charlas. Estamos tan ocupados resolviendo el problema, tenemos la cabeza metida en el suelo. Así que hay dos cosas: hiciste algo, inconscientemente o a propósito, no importa, pero sea lo que sea va a tener consecuencias. Así que tienes la acción y la reacción o consecuencia.
Cuando digo “vive tu vida conscientemente” quiero decir que lleves a cabo esas acciones que tengan consecuencias positivas. Que el resultado sea algo que te guste, de lo que disfrutes, algo que tiene que ver con la paz, con la plenitud, con el entendimiento, con la claridad. Pero lo que ocurre es que nos obsesionamos tanto con las consecuencias que olvidamos la acción, y por lo tanto si esa acción se repite vuelve a producir la misma consecuencia una y otra vez.
¿Hasta dónde llega esto? Afecta todos los campos que te puedas imaginar... la familia y sus problemas, la violencia doméstica. Enorme, por cierto, el bullying (el acoso) y todo lo demás: asesinatos, crímenes, crímenes de poca o mucha importancia. Y en todos ellos tienes la acción y tienes la consecuencia. En todos los casos estamos tan ocupados negando las consecuencias negativas que olvidamos la acción.
Y a menos que cambies esa acción repetidas veces va a producir el mismo resultado una y otra vez. La pregunta que te harás es: ¿por qué en mi vida me están castigando?, ¿qué he hecho mal? Y no es que hayas hecho algo malo en tu última vida o que te pusieron el mal de ojo o una maldición, que pasaste por debajo de una escalera o lo que sea sino ¿qué estás haciendo? Lo que hagas, inconscientemente, cualquier cosa que hagas... pongámoslo de este modo:
Cualquier cosa que hagas tendrá un resultado, no hay duda. Cada acción produce una reacción. Y por supuesto, si es desagradable quieres negarla, quieres quitártela de encima. Es como la persona que queda encerrada y lo único que piensa es: “¿Cómo puedo salir de acá? ¿Cómo salgo de esta consecuencia?” Es como un niño que va a la escuela, saca unas calificaciones pésimas y piensa: “Dios mío ¿ahora qué hago? Voy a enseñarles las notas a mis padres… No lo hago, ¿qué excusas puedo dar?” En vez de trabajar sobre la acción, que es: tengo que estudiar, eso lo puedo hacer, necesito aplicarme.
Fundamentalmente ver qué es lo que está causando que yo repita mis acciones, porque no les estoy prestando atención. Y son esas acciones las que están causando el problema. Es muy interesante. Nosotros, en nuestra vida, vivimos, andamos en lo nuestro todo el día y solo prestamos atención a las consecuencias, no a la causa del problema.
Como cuando eras joven: multas por exceso de velocidad. Yo sé de ese tema. ¿Por qué me multaban? Esta historia la he contado antes. Un día me detuvieron y me di cuenta que era humillante, nada divertido, y en ese momento, cualquiera que haya sido la diversión por conducir a toda velocidad quedó anulada cuando me detuvieron.
Por supuesto no le quería mentir al agente de policía. Iba a velocidad excesiva y en ese instante decidí: se acabó. No voy a conducir a velocidad excesiva. Así que ahora conduzco con el regulador de velocidad puesto, donde puedo, y lo pongo a tres, cuatro kilómetros por encima de la velocidad indicada. Mantiene la velocidad y no voy a llegar más rápido. Tendría que conducir como un loco y si lo que importa es llegar muy rápido... siempre puedes tomar un avión. Pero date el tiempo suficiente para no tener que hacerlo.
El asunto es que cuando te están deteniendo te dices: “¡Dios mío, qué horror!”. Se te ponen rojas las orejas, la cara, te sube la tensión. Pasas vergüenza porque todos en la utopista te están mirando y quieres salir de eso: “Si señor agente, lo siento, no lo volveré a hacer...” Pero no estás prestando atención a tus acciones. Lo que tienes que hacer en tu vida es empezar a prestar atención a tus acciones, no solo a las reacciones, porque éstas van a seguir a consecuencia de la acción.
Si no dedicas tiempo a sembrar la semilla de paz en tu vida y después te preguntas ¿por qué no tengo paz?… es porque no las sembraste, porque no hiciste nada para que hubiera paz. Seguiste corriendo a este mundo como un ave dodo, corriendo, corriendo, corriendo. Como una frase que vi en el periódico, muy interesante, que decía: ganas todo ese dinero, trabajas tanto para ganarlo y al final envejeces, enfermas y todo ese dinero que ganaste se lo entregas al hospital porque ahora estás enfermo, en vez de aprovechar parte de ese tiempo y hacer algo positivo.
De nuevo, no quiero disculpar a nadie ni señalar a nadie, nada por el estilo. Muy directo. Hay líderes que hacen su trabajo y lo están haciendo muy bien y luego están esos líderes que la letra “L” ni siquiera debería ser parte de su título. Han perdido la cabeza, se han vuelto locos. Suficiente, ya he dicho suficiente.
Pero ¿y tú? Tu eres el líder de este dominio, de la esfera de tu vida ¿Cómo llevas el asunto, como diriges el espectáculo? Olvídate de los líderes mundiales, las organizaciones. Olvídate. ¿Cómo diriges tu espectáculo? ¿Estás siendo consciente? ¿Estás haciendo el esfuerzo de entenderte, tienes el corazón lleno de gratitud? ¿O te estás volviendo loco tirándote de los pelos?: “¿Cuándo termina el confinamiento, cuando termina esto y aquello, yo tenía mis planes, mis ideas...?”.
Estoy seguro de que hay personas que habían reservado cruceros. Irse de crucero no es buena idea en este momento... Si no sabes quién eres ¿qué haces? Y todo lo que veo... ves este canal o el otro y tratan de que sonrías. Personas de corazón divertido, diría yo, con sentido del humor. Ahí están intentando que suceda algo cómico, divertido. Muy bien, pero no se trata de algo que ocupe tu tiempo.
Tú deberías ocupar tu tiempo. Los pensamientos que te importan a ti son los que debes contemplar. En este momento haz las cosas que te traerán felicidad y alegría. Eso es lo que importa, eso es lo importante. No que tengas que encontrar la manera de ocupar tu tiempo. No, tú eres quien debiera ocupar tu tiempo. No otra cosa ni otra persona, sino tú deberías ocupar tu tiempo.
Esa es una cosa en la que estaba pensando. Y la segunda es... bueno yo he dicho que la mente es una impresora que imprime imágenes y hay una historia que he contado antes. Sucedió una inundación terrible y una señora tenía su casa inundada. Así que se pasó a un nivel más alto, a la mesa de la cocina. El agua seguía subiendo, así que subió a las escaleras y las aguas seguían creciendo y creciendo.
Y siguió subiendo hasta que ya no tuvo adonde subirse, estaba en el tejado. El agua seguía subiendo, así que sinceramente le rogó a Dios: “Dios, ven a ayudarme, te he estado siguiendo, te he amado, creo que eres lo máximo, y ahora estoy en peligro. Te agradecería tanto si pudieras venir a ayudarme”. Dicho y hecho, pasó un barco, y los rescatistas le dicen: “Señora, venga. La inundación está subiendo, vamos a sacarla de acá.” Y ella contestó: “No, no, estoy esperando que venga mi Dios a salvarme”.
Las aguas siguen subiendo, ya tiene mojados los pies, no tiene a donde subirse, vuelve a rogar: “Señor, sálvame, fui tu seguidora, te he rogado, te he sido fiel y ahora estoy en peligro, por favor, ven a salvarme”. Al poco tiempo pasa otro barco de rescate. “Señora por favor, venga, es hora de salir de aquí, esto no es ninguna broma”. “No, mi Dios me va salvar”. A los pocos minutos lo mismo. Las aguas han crecido muchísimo, ya llegan a su pecho y vuelve a rogar: “Señor, esta es la última oportunidad, sálvame por favor”.
Pasa otro barco: “Por favor, señora, ya está, ya está, no va poder estar ahí mucho tiempo”. Ella dice: “No. Mi Dios va a venir a salvarme”. En fin, la inundación sube, se la lleva la corriente y la señora muere. Va al cielo. Ahí está San Pedro para darle la bienvenida y ella está furiosa: “¡Quiero hablar con Dios!”. San Pedro responde: “¿Le puedo ayudar en algo?”. “¿Ayuda?, quiero hablar con Dios”. San Pedro va a buscar a Dios y le dice que acaba de llegar alguien muy furioso que quiere hablar con él.
Dios le indica que pase. Cuando ella llega, le dice: “¿Qué clase de Dios eres tú? Tres veces te rogué que me salvaras y no bajaste ni una sola vez.” Dios responde: “Señora, por favor, yo le mandé tres barcos a salvarla y no quiso subirse a ninguno”. La impresora le imprimió la imagen de lo que ella pensaba, de la forma en la que se iba salvar. Pero eso no fue lo que sucedió. Llegaron tres barcos y ella no se subió a ninguno de ellos.
Es una historia divertida. Pero esta impresora merece atención, porque la seguimos muy de cerca y ahí está el día entero imprimiendo imágenes, una tras otra. Vivir tu vida conscientemente definitivamente significa que tendrías que alejarte de un tirón, alejarte cuando te das cuenta de que estás persiguiendo estas imágenes.
Deberías estar persiguiendo tu corazón, persiguiendo la sed de estar pleno en tu vida, de estar claro, de estar sereno. Esa es la sed de tu corazón, no la búsqueda de la mente que dice “quiero esto y aquello”. Bueno, no es gran problema si de vez en cuando sigues esto, pero si lo estas siguiendo todo el tiempo y no sigues al corazón eso va ser un poco problemático.
Mantente bien, mantente seguro, pero lo más importante, sé. Disfruta y aprovecha este tiempo. Después hablaremos.