Presentador:
Una de las preguntas que me han pasado dice: “Para empezar perdonar es difícil; perdonar a otra persona es bastante difícil, pero perdonarte a ti mismo, que te conoces mejor que nadie, y que probablemente te juzgas más que a nadie, ¿cómo te perdonas a ti mismo?”
Prem:
Bueno, es una muy buena pregunta, porque es tan importante perdonarte a ti mismo. No nos planteemos siquiera el “perdonar a otros”. Hablemos solamente del perdón, qué es el perdón.
Muchos piensan que perdonar es consentir la mediocridad, condonar los errores de otra persona. Eso no es el perdón. Perdonar es cortar la relación con aquello que te está afectando emocionalmente.
Digamos que alguien te hizo algo terrible, y eso sucedió hace mucho tiempo. Pero esa persona todavía te tiene atrapado, aún te tiene agarrado. En cuanto te despiertas, empiezas a maldecir a esa persona, piensas en ella, porque sigue conectada a ti.
Y perdonar es decir: “Basta. Ya no vas a tener control sobre mí. Quiero recuperar mi vida. Quiero recuperar mi vida y no te permito que me atormentes más”. Eso es el perdón.
No se trata de andar diciendo: “Sí, ya te conozco, tú…” Así lo entiendo yo.
Una vez me ocurrió algo horrible, y cada vez que lo recordaba me decía “¡Oh Dios mío, qué momento!..”
Y luego me dije: “Ese mequetrefe todavía tiene control sobre mí. Y ni siquiera vivo en su país. No voy a permitir que tenga control sobre mí. Ya basta. Se acabó”.
Eso es el perdón. El perdón es algo muy poderoso, consiste en decir: “No, mi vida es mía. Adiós y gracias”.
Es recuperar, recobrar, porque si no lo haces, entonces sus garras seguirán sobre ti. Y cuando se te clavan esas garras, te enfureces, te provocan ira, te causan temor, hacen que te cierres y te frenan… te impiden apreciar.
Y vives con miedo. ¡Con miedo! La persona ya se fue, pero sus garras siguen ahí. Consiste en decir: “¡Ya basta, adiós!”
Cuando comienzas a ver el perdón de esta forma cobra un significado totalmente diferente. Porque hasta ahora ha sido: “bueno, te perdono. Está bien,.. aunque me hiciste esto, y aquello….”
Sabes que hay cosas que te suceden en la vida, cosas que te hace la gente – que no las vas a aceptar, porque no es posible, ¡no podrás! Porque hay acciones que son inaceptables, ¡son tan atroces que no las puedes aceptar!
No puedes permitirte ser una víctima. Sé que hay casos, en los que no podrás decir: “Está bien, lo acepto”. Pero depende de ti que permitas que las garras de esa persona y lo que hizo sigan persiguiéndote y oprimiéndote. Usa la espada del perdón y libérate. Sigue adelante, déjalo atrás.
Así entiendo yo el perdón. No es decir “bueno, está bien, aunque me hiciste aquello”, porque algunos actos son tan atroces. Y ves que ocurren en tantos lugares.
Hay una historia que lo explica de esta manera. Un día Buda iba caminando y había unas personas que estaban diciendo cosas muy malas de él, entonces un discípulo suyo se volvió hacia él y le preguntó: “Buda, toda esta gente está diciendo cosas horribles acerca de ti, ¿no te importa?”
Y Buda le dijo: “Mira, ¿ves este cuenco? ¿De quién es este cuenco? Era el cuenco de Buda, así que el discípulo le respondió: “es tu cuenco”. Buda lo empujó acercándoselo al discípulo y le preguntó: “¿de quién es el cuenco ahora?” El alumno dijo: “sigue siendo tu cuenco”. Lo empujó acercándoselo un poco más: “¿y de quién es el cuenco ahora?” Y volvió a acercárselo aún más: “¿de quién es ahora?”
Siguió acercándoselo hasta que finalmente puso el cuenco sobre el regazo del alumno y le preguntó: “¿de quién es el cuenco ahora?” y este respondió: “Buda, sigue siendo tu cuenco”. Y Buda dijo: “Exacto. Exacto. Igual que tú haces con el cuenco, yo no tengo que aceptar lo que me ofrecen. El día que lo haga, lo haré mío. Pero si no lo acepto, sigue siendo de ellos”.
Yo sé que es más fácil contar estas historias que aplicarlas a tu vida, pero hay que empezar a hacerlo….
Tal vez la soga es tan gruesa que no acabes de cortarla en un día, pero al menos ya has empezado a cortarla, a entender la dinámica de que puedes cortar la soga y ese es el significado del perdón, que finalmente un día debilitarás tanto esa soga que la cortarás, se cortará.
Pero tienes que empezar, tienes que comenzar a comprenderlo.
- Prem Rawat
Había una tribu aborigen en Australia. Un día la tribu se reunió con su cacique y le dijeron: “jefe, el invierno se acerca. ¿Será un invierno realmente frío?”. Y el jefe dijo: “Les daré una respuesta en unos días”.
Entonces fue, buscó un teléfono, llamó a la oficina meteorológica y preguntó ¿será un invierno frío?. Y le respondieron: “o sí, será un invierno frío creemos”. Vuelve el jefe y dice: “sí, definitivamente será un invierno frío. Así que será mejor que empiecen a juntar leña para poder encender los fuegos y calentarse”. Así que fueron a juntar leña.
Unas semanas más tarde ya habían juntado leña, llaman al cacique nuevamente y le dicen: “jefe, ¿cuán frío será?”. Y él dice: “ya les responderé”.
Llama a la oficina meteorológica y pregunta: “¿cuán frío será?”. Y le responden: “será realmente muy frío. Muy muy frío”. Así que el jefe llama a la tribu y les dice: “será mejor que junten más leña porque será realmente muy muy frío”.
Unas semanas más tarde la tribu se reúne nuevamente: “jefe, exactamente ¿cuán frío será?”. El jefe llama a la oficina meteorológica: “¿cuán frío realmente será?”. Y le responden: “no sabemos exactamente cuán frío será, pero cada vez que miramos a través del satélite y vemos a los aborígenes juntando leña sabemos que va a hacer mucho frío”.
Así que una cosa desencadena la otra, una responde a la otra. Esto es lo que sucede en nuestras vidas porque, si quieres empezar a entender qué es la esperanza, tienes que empezar por comprender qué es el hoy. ¿Y cómo comprendes el hoy?. Si quieres experimentar el día de hoy entonces, al hoy, quítale el ayer y el mañana y lo que te queda es el hoy. Y te darás cuenta de que el hoy es mucho más profundo de lo que jamás imaginaste.
- Prem Rawat
¿Cuántos aquí se preocupan? Levantaré mi mano también para hacerlo más fácil para todos. Ahora, por favor, explícame de qué manera el preocuparte resolverá tu problema. Y aquí viene una buena: busca en el diccionario la palabra preocuparse o preocupación.
Es realmente divertido. Dice: “algo que te hace infeliz”. Cuando lo busqué…algo que te hace infeliz. Mi dios, me gusta preocuparme, me gusta. Pero nunca me pregunto ¿por qué me preocupo? ¿Voy a resolver así mi problema realmente?. No, porque la acción resolverá el problema. Pensar acerca de una posible solución resolverá el problema.
Preocuparme nunca lo resolverá. Pero me gusta preocuparme. Y preocuparme me hará infeliz, de acuerdo a lo que dice el diccionario, y estoy seguro que así será. Sin embargo, cada vez que me enfrento a un problema me preocupo.
Un día estaba realmente preocupado y sintiéndome bastante infeliz. Puede que esto te sorprenda. Me dije: ¿por qué te quieres sentir infeliz?. Bueno, pero no está bajo mi control, yo no lo creé, es algo que me está sucediendo a mí, es culpa de otras personas… Y dije: no, no, no. Y este soy yo conversando conmigo mismo. En silencio, por cierto. Y me dije: no, eres tú que incluso, en este momento, tienes la posibilidad de no sentirte infeliz y adoptar una actitud más proactiva y positiva que es encontrar la solución al problema. Y si tú no lo encuentras, busca a alguien que sí.
- Prem Rawat
¿Cómo puedes amarte cuando has empezado a creer que eres feo y un fracaso?
Bueno, afortunadamente eso no es un hecho solo lo que tú crees. Las creencias pueden cambiar. Las creencias son así, solía poner este ejemplo. Si estoy sentado con alguien y le digo “supón que hay una vaca aquí, no pasa nada.
Supón que hay una vaca aquí y esta vaca da mucha leche. Solo créelo, no pasa nada ¿verdad?”. Pero si estoy bebiendo té, te real, y quiero un poco de leche les aseguro que esta vaca imaginaria no puede dar leche para mi té real. Ahora, si estoy tomando un té imaginario esta vaca imaginaria puede dar un poquito de su leche para mi té imaginario. Pero si estoy bebiendo té real eso no funciona.
Hay otra fase después del creer que se llama saber. Es vivir en la realidad. Porque, cuando digo estas cosas, muchos me dicen “vamos hombre…vive en la realidad” y la cosa es que, con todo su miedo, realmente son ellos los que viven en la fantasía. Son ellos los que viven en una ficción. Puedes creer todo lo que quieras, pero ¿cuál es la realidad? ¿cuál es la realidad?.
La realidad es que la oscuridad nunca está lejos de la luz. La última vez que encendiste una luz en una habitación a oscuras, ¿cuánto tardó la oscuridad en desaparecer?. Enciendes la bombilla y es como….si la tragase un sumidero, como cuando tiras de la cadena en el inodoro. No, bum, bum.
La oscuridad nunca está lejos de la luz y la luz nunca está lejos de la oscuridad. La alegría nunca está lejos de la tristeza y la tristeza nunca está lejos de la alegría. Van juntas. Cuando vas al baño y cierras la puerta con llave para tener privacidad ¿crees que te aísla de todo?. No. Tu enojo, tu miedo y tus dudas han entrado contigo. Aunque pagues un solo asiento en el autobús o en el avión; tu enojo, tu miedo y tus dudas siempre están contigo, siempre, siempre. Pero también está la bondad, la comprensión y el agradecimiento. Estas cosas también están contigo, porque son el otro lado de la moneda. Debes saber esto. Si solo has experimentado tu fealdad, entonces no has dado la vuelta a la moneda. Tienes que dar la vuelta a la moneda, porque en el otro lado de esa moneda hay una belleza increíble.
¿Y qué es la belleza? ¿Qué es lo bello? ¿Alguien que tiene facciones simétricas? ¿Una estrella de cine? ¿Qué es lo bello? Porque en realidad cuántas horas se pasan, a veces, las estrellas de cine siendo increíblemente bellas. Se pasan, a veces, horas mirándose en el espejo pensando “ay dios mío, ¿soy bella? ¿lo soy?”.
Tú eres el observador. Si sientes dentro de ti, y sigo volviendo a esto porque es una excelente pregunta que me das más material para mi libro. Por eso necesitas conocerte a ti mismo. Sócrates dijo “conócete a ti mismo”, tienes que conocerte a ti mismo. ¿Por qué?. Porque es entonces cuando podrás experimentar tu verdadera belleza. Por eso tienes que conocerte a ti mismo.
ay miles de millones de razones, creo que unos siete mil quinientos millones de razones sobre la faz de la Tierra, de por qué deberías conocerte a ti mismo. Porque si todos lo hicieran, creo que la situación del mundo sería muy diferente.
Si la idea de belleza que tú tienes en tu mente es diferente a la belleza que realmente eres, abre los ojos y mira esa maravilla. Los niños son bellísimos, ven algo increíble y se quedan extasiados, extasiados. Y, naturalmente, los tontos de sus padres, le dicen “eso es la luna”. Y a ellos les importa un pito, se quedaron fascinado con la luna antes de que el tonto de su padre o la tonta de su madre dijera “esa es la luna”. Vieron la luna que no tiene nombre y les encantó. Eso es belleza, y tú también tienes esa belleza.
No importa lo que te diga la gente. Tú eres peor que ellos porque estás constantemente diciéndote “no soy bello, soy feo, no soy bello…”. Esta belleza un día desaparecerá. Lo mismo que la gente ahora besa un día dirán “ni en broma…”. Así que no está en la piel, ésta no es la parte bella. La parte bella está aquí, en tu corazón, dentro de ti.
- Prem Rawat
Entonces, ¿por qué es importante conocerte a ti mismo? Te puedo dar el mapa más maravilloso, muy bien ilustrado; y con toda la información necesaria. Y en ese mapa hay un lugar muy hermoso al que te gustaría ir.
Pero, ¿qué es lo más importante a saber en ese mapa? “Dónde estás tú, dentro del mapa”. Porque, el girar a la izquierda, o a la derecha, o ir recto, depende de dónde estés tú. Si no sabes dónde estás, ¿qué sentido tiene ir a la izquierda, o a la derecha o seguir recto? ¿O girar en la rotonda? No tendría ningún sentido.
Y nos olvidamos. Se escriben libros; nos dan discursos. Y nos dicen: “¡Tenemos que girar a la izquierda; tenemos que girar a la izquierda! Y luego, “Oh, no, tenemos que girar a la derecha. ¿Hacia la derecha o la izquierda de quién? ¿Qué izquierda? ¿Qué dirección seguimos? ¿Seguir recto según quién? ¡Porque todo es relativo!
A menos que sepas quién eres, vivir en este mundo va a ser algo muy complicado. Porque, te sentirás desorientado – ¡porque no sabes dónde estás! ¡Estás perdido! Esa sensación de… (sí, debe ser por aquí), “¿Qué iba a hacer? ¿Me quiere la gente? ¿Soy popular?”
Todo esto sucede antes de que te empieces a amar a ti mismo. Te interesa más si los demás te quieren. No te interesa quererte a ti mismo. Es desconcertante. Fíjate en qué busca la gente a través de las redes sociales: la aprobación de los demás.
Y aquí te traigo este mensaje – no es mi mensaje. ¡Sócrates decía lo mismo hace mucho tiempo! Algunos de los jeroglíficos del antiguo Egipto también decían lo mismo: “Comprende quién eres; conócete a ti mismo”. Sócrates lo repite – “Conócete a ti mismo! ¡Conócete a ti mismo! Porque la importancia de conocerse a uno mismo – es tan esencial …
— Prem Rawat
- 1
- 2